El origen de la inmigración

El Correo, 22-08-2006

La gravedad que ha alcanzado la llegada de inmigrantes de África a las costas canarias llevó ayer al ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a volver sobre algunos de los pasos dados en mayo por su colega de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Entonces se había anunciado, con precipitación, un acuerdo con nueve países africanos para repatriación y vigilancia costera, en el marco del Plan África de cooperación. Aquel convenio quedó reducido a un irregular vuelo a Senegal, que motivó la negativa de Dakar a más readmisiones. Y tuvieron que pasar casi dos meses para que se pusiera en marcha un plan de la Agencia Europea de Control de Fronteras, Frontex, al que tampoco se ha sumado el Estado desde el que salen más cayucos. El desdén con el que Bruselas atiende los requerimientos de Madrid para participar en la lucha contra la inmigración ilegal viene de antiguo. Pero el mantenimiento de esa actitud en el tiempo, junto al frustrante resultado de las intervenciones de la Comisión Europea en la crisis de Ceuta y Melilla como en la de Canarias, puede rozar el escarnio, sobre todo si Madrid no afronta el asunto con la debida firmeza.

Detener la inmigración irregular que procede de África exige, además de despliegues policiales en las costas, laboriosos y costosos acuerdos con las autoridades de media docena de países en vías de desarrollo que se muestran más proclives a exportar ciudadanos que a retenerlos. La manifestación de pescadores en la ciudad senegalesa de Saint – Louis contra el éxodo que deja vacío de jóvenes trabajadores el territorio debería marcar un cambio de tendencia en el origen del fenómeno inmigratorio. Para Senegal, las remesas de emigrantes son una de las principales fuentes de ingresos, equivalente al 16% de su PIB. Por eso, el acuerdo alcanzado ayer por Pérez Rubalcaba en Dakar para que dos patrulleras y un helicóptero de la Guardia Civil vigilen el litoral senegalés no alcanza la dimensión necesaria en un país donde, según la Cruz Roja, 100.000 africanos aguardan la oportunidad de cruzar a Canarias.

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