El primer ministro británico, Rishi Sunak, prometió ayer que los vuelos de deportación a Ruanda comenzarían este verano y pidió a la Cámara de los Lores que deje de bloquear su política migratoria. El despegue de los vuelos se ha visto estancado por un enfrentamiento entre los lores y la Cámara de los Comunes durante más de dos meses, frustrando los planes de Sunak de poner en marcha vuelos de deportación antes de las elecciones locales de la próxima semana.

El estancamiento parlamentario es sólo el último obstáculo para retrasar la implementación de un plan que ha sido bloqueado repetidamente por una serie de fallos judiciales y la oposición de activistas de derechos humanos.

El Gobierno planea deportar a Ruanda a algunos de los que ingresan ilegalmente al Reino Unido como medida disuasoria para los inmigrantes que arriesgan sus vidas en botes inflables cruzando el canal de la Mancha. Es probable que el Parlamento celebrar sesiones el tiempo que sea necesario para garantizar la aprobación de la legislación; la perspectiva de nuevas impugnaciones judiciales parece probable a pesar del lenguaje del proyecto de ley destinado a frustrar eso, dijo Tim Bale, profesor de política en la Universidad Queen Mary de Londres. “Creo que la conclusión más importante es cuán desesperado está claramente el gobierno por lograr que se apruebe esta legislación con el argumento de que le permitirá al menos hacer un pago inicial de su promesa de detener los barcos”, dijo Bale.

Sunak afirmó ayer que los primeros vuelos despegarían en 10-12 semanas, pero se negó a proporcionar detalles sobre cuántas personas serían deportadas o exactamente cuándo se producirían los vuelos. Según él, la información podría ayudar a los opositores a seguir intentando frustrar su política. También insinuó que el Gobierno estaba dispuesto a ignorar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si intentaba bloquear las deportaciones.