El nuevo récord histórico de cotizantes extranjeros a la Seguridad Social en Euskadi pone de manifiesto su creciente inserción laboral, que palía las dificultades para encontrar mano de obra, sobre todo en sectores con una alta demanda que han dejado de ser atractivos para los autóctonos. Destacan entre ellos el de los cuidados, la hostelería y la construcción. Los afiliados con una nacionalidad distinta a la española –92.692 en total– han absorbido el 44% del empleo creado en el último año en una comunidad con dificultades para cubrir no solo ocupaciones altamente especializadas, sino también otras de baja cualificación. Esos trabajadores, dedicados en su mayoría a estas últimas, aportan una valiosa contribución a la sociedad vasca al desempeñar actividades imprescindibles para su progreso y bienestar que les asienta en una Euskadi con un grave problema de natalidad y por las que pagan impuestos y ayudan a financiar las pensiones. El 9% que representan –cuatro puntos por debajo de la media española– tendrá que aumentar a medio plazo, así como su presencia en profesiones de mayor valor añadido, para afrontar un relevo generacional complicado por el envejecimiento de la población.