Tensión en las aulas francesas: el cóctel de integrismo islámico y adolescencia que genera violencia

«Samara es muy suya, le gusta tomarnos fotos y publicarlas en las redes sin permiso», comenta una amiga de la menor agredida en Montpellier

ABC, JUAN PEDRO QUIÑONERO, 08-04-2024

La «guerra civil» religiosa entre jóvenes y adolescentes franceses, de confesión musulmana, se ha cobrado una nueva víctima: Samara Radjoul (14) tuvo que ser internada y pasar veinticuatro horas, en estado de coma, en un hospital tras el asalto, violencias y golpes de tres menores de 14 y 15 años que la trataban de «puta», «impía», por maquillarse y no usar ropa ni velo islámico. Los agresores fueron detenidos y pueden ser inculpados por el presunto delito de «intento de asesinato» de una menor. Uno de ellos estaba fichado por la policía.

Nicole Belloubet, ministra de Educación, ordenó una investigación judicial, con el fin de tomar medias urgentes en todas las escuelas e institutos de Francia, donde el velo y las ropas islámicas están prohibidas, con un éxito relativo.Los hechos ocurrieron bien entrada la tarde del jueves. El director del instituto Arthur Rimbaud de Montpellier (Herault), no lejos de la frontera con España, previno a la madre de la víctima que «temía» por la seguridad de la niña. La madre, Hassiba Radjoul, avisó a varios profesores y los vigilantes del instituto que ella misma iría a recoger a su hija, para evitar cualquier conflicto o violencia. Por razones mal conocidas, alguno de los guardianes no recibió los mensajes de la madre, y la niña salió sola de su colegio, donde la esperaban una «compañera», vestida con velo y ropa musulmana, y dos «colegas», evidentemente musulmanes.

Entre lágrimas, muy tensa, ante los medios de comunicación regionales, Hassiba Radjoul, musulmana practicante, ha resumido la tragedia íntima, pública y social de este modo: «Samara, mi hija, se maquilla muy poco. La chica que participó en el ataque y golpes violentos, por su parte, usa velo y sábanas islámicas. Ella y sus amigos trataban a mi hija de impía, acusándola, en árabe, en el colegio y fuera del colegio, de no ser una musulmana auténtica. La trataban de puta dispuesta a venderse con los cristianos. Mi hija me contó sus problemas varias veces llorando. Advertí al colegio. Los profesores me dijeron que tendrían cuidado. Al final, tuve que llevar a mi hija al hospital, para que la curen físicamente y le den medicamentos para intentar contener la ansiedad y el miedo, tras salir del estado de coma«.

Desde hace meses se han sucedido muchos enfrentamientos entre bandas de jóvenes y adolescentes de familia musulmana contra bandas no confesionales. La policía ha intervenido en muchas ocasiones.

Tampoco es un secreto que una docena de imanes franceses están amenazados de muerte por bandas de franceses musulmanes próximos al islamismo radical.

Es la primera vez que una niña francesa, musulmana, con padres musulmanes, creyentes y practicantes, es atacada con violencia verbal, primero, y violencia física más tarde, con una agresividad y fanatismo excepcionales. Por su gravedad y «primicia» relativa, el caso ha precipitado una ola nacional de cólera y angustia sofocada.

«Samara era muy suya»
En Montpellier (305.000 habitantes), en sus suburbios multiculturales y en las inmediaciones del instituto «Arthur Rimbaud», los condiscípulos, amigos y enemigos de la agredida, Samara Radjoul, y su principal agresora, Myriam, escoltada por dos «colegas» hercúleos y violentos, dan versiones ligeramente distintas a la versión oficial de la madre de la víctima.

«Samara era muy suya», comenta Nour («luz», en árabe), una amiga de la víctima y su agresora, agregando: «Le gustaba tomar fotos de todos nosotros y luego las publicaba sin permiso en las redes sociales». Según Nour, «Samara tenía una cuenta que utilizaba con pseudónimo, donde guardaba fotos de chicas y chicos desnudos, tocándose y otras cosas. En ese archivo algunos vieron una foto de Myriam, que era muy piadosa, fotografiada en la intimidad…«.

La policía no confirma esa y otras versiones muy semejantes de alumnos y alumnas del mismo instituto. Sarah («dama» o «princesa», en árabe) no era amiga de la agresora ni la agredida, pero conocía los problemas y rivalidades íntimas, que cuenta de este modo: «Samara era un poquito coqueta y tenía éxito con los chicos, a los que enviaba fotos sexy que no eran suyas. Myriam también era coqueta, no siempre vestía ropa islámica, pero tenía menos éxito con los chicos. Ellas y sus amigos se peleaban a gritos con mucha frecuencia«.

En Montpellier, siempre, los profesores de colegios e institutos tienen relativa mala prensa entre padres de alumnos. Hassiba Radjoul, la madre de la agredida, acusa directamente al personal del instituto de negligencia, estimando que pudieron impedir los ataques violentos contra su hija. Laurent, comerciante y padre de dos adolescentes, ha declarado a la prensa regional: «Vamos a peor. Un día un profesor es acusado de corrupción de menores. Un día antes, otro profesor estuvo amenazado por un alumno musulmán. Es normal que maestros y profesores tengan miedo. O bien plantan clara e imponen la disciplina, o bien eluden responsabilidades, y es peor«.

En París, Eve Vaguerlant, autora de un libro sobre la situación de maestros y profesores en Francia, tiene una opinión pesimista del fondo del problema: «En los barrios culturales de los suburbios multiculturales, maestros y profesores tienen miedo. Dos o tres de ellos han sido asesinados, los últimos años. Muchos prefieren callar para evitar problemas«.En la periferia de Paris, en Drancy, el iman Hassen Chalghoumi, francés de origen tunecino, está amenazado de muerte de los islamistas, por defender la legislación que prohibe el velo y las indumentarias islámicas en escuelas y colegios, y ha salido en defensa de la chica apelada por estas razones: «Samara es una víctima. Rezo por ella, para que pueda recobrar la salud y una vida normal. Ella y muchos otros son víctimas de los traficantes de odio, los Hermanos musulmanes, en particular. Esta violencia de la que somos víctimas no tiene nada que ver con la religión musulmana. Es una violencia de los fanáticos islamistas«.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)