Engañaban a mujeres colombianas a base de promesas de trabajo y residencia en España, pero acababan siendo esclavizadas y ofreciendo servicios sexuales en un piso de Torrejón de Ardoz.

La Policía Nacional, en una operación conjunta con Guardia Civil, ha dado un golpe al tráfico de mujeres arrestando a todos los integrantes de una organización criminal que se lucraba con la trata de seres humanos y que favorecía la inmigración irregular.

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“Les ofrecían el vuelo, los trámites del papeleo… Al final, cuando llegaban a España les decían que habían contraído una deuda de 4.000 euros que debían saldar”, cuentan fuentes policiales a este diario, que agregan que estas jóvenes, previamente, recibían una especie de ‘adiestramiento’ para pasar por Barajas sin levantar sospechas: “Les daban indicaciones como que no llevaran mucha ropa o decir que venían con la intención de quedarse pocos días, para no dar pistas en los controles”.

En total han sido detenidas 12 personas, 10 hombres y dos mujeres, de distintas nacionalidades: colombianos, venezolanos, españoles y dominicanos. Todos ellos tenían entre 21 y 41 años.

El subfusil encontrado en los registros.
El subfusil encontrado en los registros.P. N.
En esta operación, los agentes consiguieron liberar a 10 víctimas de esta mafia, que eran obligadas, mediante el uso de la violencia , a ejercer la prostitución.

Éstas, en ocasiones, eran llevadas por chóferes a las casas de los clientes para realizar sus servicios a domicilio. Tras finalizar los mismos, los conductores devolvían a las chicas a su inmueble en Torrejón de Ardoz. Tal y como inciden fuentes policiales, “los organizadores procuraban que estos traslados se realizasen sin excesiva dilación temporal para poder continuar con el trabajo sexual de manera ininterrumpida”.

Eran los explotadores los que se encargaban de realizar los contactos con los clientes, estableciendo los precios de cada servicio sin previo acuerdo con la víctima. También proporcionaban las sustancias estupefacientes a petición del cliente, y se las ofrecían a las mujeres víctimas para disminuir su necesidad de descanso y provocar así que hicieran jornadas más extensas de trabajo para satisfacer la demanda de los servicios sexuales.

Por último, y casi llevando a cabo el peso más importante de esta banda, estaban los captadores. Éstos tenían la función de buscar mujeres con un precario nivel de vida en Colombia para engañarlas con la premisa de una mejora de vida en nuestro país. Algo que nunca llegaba.
La investigación se inició el pasado mes de octubre, cuando los caminos de Policía Nacional y del Instituto Armado se cruzaron al estar investigando los hechos delictivos relacionados con la trata de seres humanos. Las pesquisas revelaron que todas las víctimas, unas 50 en total, según agregan fuentes policiales a GRAN MADRID, compartían un mismo patrón, estando en régimen de esclavitud.

Las autoridades terminaron demostrando la existencia de una red perfectamente ordenada. Durante los registros en las viviendas se requisaron, además de equipos informáticos, dos armas de fuego: un subfusil de grandes dimensiones y una pistola. Por su parte, a los detenidos se les imputan delitos por pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos con fines de explotación sexual, blanqueo de capitales y delitos contra la salud pública.