La ONU constata cientos de heridos de bala en el reparto de comida en Gaza a pesar de que Israel dice que solo disparó para dispersarles

El Diario, Cristina F. Pereda, 02-03-2024

La Organización de Naciones Unidas ha constatado que hay numerosos heridos de bala entre los supervivientes de la matanza que el pasado jueves dejó 112 muertos entre centenares de palestinos que esperaban un reparto de comida. La ya conocida como ‘masacre de la harina’, de la que el Ejército de Israel ha publicado sus propias imágenes aéreas, ha conmocionado a la comunidad internacional y puede marcar un antes y un después en las negociaciones con Hamás para un alto el fuego.

Tras la masacre, Hamás acusó a Israel de disparar contra civiles. El Ejército israelí alegó que se había producido una estampida y que sólo realizó disparos de aviso. Ahora la ONU ha confirmado que hay heridos de bala entre las víctimas y el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha responsabilizado directamente a Israel de haber cometido la matanza.

“Los disparos de soldados israelíes contra civiles que intentan acceder a alimentos son injustificables”, ha dicho Borrell, que se desmarca así de la postura establecida este viernes por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Ambos evitaron entonces mencionar a Israel como autor de los ataques y se limitaron a pedir una investigación sobre los hechos.

Borrell ha reclamado una “investigación internacional imparcial sobre este trágico suceso” y ha ido un paso más allá al afirmar que “la responsabilidad de este incidente recae en las restricciones impuestas por el Ejército israelí” para la entrada y la distribución de ayuda humanitaria en Gaza.

Según ha informado el Ministerio de Salud de Gaza, la masacre también dejó 760 personas heridas en una jornada en la que las víctimas mortales de la ofensiva israelí en Gaza superaba la cifra de 30.000. El director de la subdelegación en Gaza de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), Giorgios Petropoulos, ha declarado a la BBC que excepto un puñado de los entre 70 y 80 pacientes que ha visitado en el hospital de Al Shifa, todos tienen heridas por impacto de bala.

Petropoulos ha añadido en una grabación compartida por la OCHA en X que el hospital de Al Shifa todavía estaba tratando este viernes, el día después de la masacre, a más de 200 heridos. “Hemos visto a personas con impactos de bala”, ha dicho el director, “hemos visto amputaciones y hemos visto niños de 12 años que resultaron heridos”.

La estimación es similar a la confirmada por el doctor Mohammed Salha, director en funciones del hospital Al Awda, en la Ciudad de Gaza, a elDiario.es. Salha informó en conversación por WhatsApp con Olga Rodríguez que el día de la tragedia 176 heridos llegaron a ese centro y 142 de ellos tenían heridas de bala.

Según Borrell, muchos de los civiles que murieron cuando intentaban conseguir los alimentos que transportaba un convoy humanitario fueron “víctimas del fuego israelí durante la estampida que siguió” a este suceso. El jefe de la diplomacia europea ha asegurado que es responsabilidad de Israel “cumplir las normas del derecho internacional y proteger la distribución de ayuda humanitaria a las poblaciones civiles”.

La condena de Borrell llega un día después de las críticas a Israel por parte de Arabia Saudí, Egipto, Jordania y Turquía, por una masacre que también ha puesto de relieve la situación humanitaria en la Franja. La ONU estima que un cuarto de la población de Gaza, más de medio millón de personas, está en riesgo de hambruna, y la totalidad de los refugiados, más 2,3 millones, vive en condiciones críticas de inseguridad alimentaria.

“Este gravísimo incidente revela que las restricciones a la entrada de asistencia humanitaria contribuyen a crear escasez, hambre y enfermedades, pero también un nivel de desesperación que genera violencia” entre los habitantes de la Franja, ha añadido Borrell. El líder europeo también responsabiliza de la tragedia a “las obstrucciones por parte de extremistas violentos al suministro de ayuda humanitaria”.

El jefe de la diplomacia europea ha augurado un “caos total que hará imposible la distribución de ayuda humanitaria” si no cesan los combates entre Israel y Hamás y persiste “el desprecio al derecho internacional humanitario”.

Borrell ha reclamado a Israel que elimine las restricciones para la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y permita el acceso humanitario “libre, sin obstáculos y seguro” a través de todos los puntos fronterizos con la Franja.

“Instamos a Israel a eliminar inmediatamente los obstáculos en el cruce de Kerem Shalom y abrir el acceso en el norte en los cruces de Karni y Erez, abrir el puerto de Ashdod a la ayuda humanitaria”, ha añadido Borrell, que también ha pedido garantizar un corredor humanitario directo desde Jordania.

Apenas 48 horas después de la tragedia, Estados Unidos ha realizado los primeros lanzamientos de ayuda humanitaria sobre la Franja de Gaza desde el aire. “Personas inocentes se han visto atrapadas en una guerra terrible, incapaces de alimentar a sus familias”, anunció el presidente Joe Biden el viernes. “Tenemos que hacer más y EEUU va a hacer más”.

Biden ha explicado desde la Casa Blanca, en un vídeo en el que ha confundido este sábado Gaza y Ucrania en dos ocasiones, que EEUU “insistirá” a Israel en que facilite la entrega de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. “Hay vidas de niños en peligro”, ha dicho el presidente. “La ayuda que llega es muy insuficiente. No nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras esperamos a conseguir más ayuda. Deberían entrar cientos de camiones todos los días, no solo unos pocos”, ha dicho en referencia a los alimentos, medicinas y agua que siguen sin llegar a la población palestina.

Según la agencia Associated Press, dos aviones militares estadounidenses han lanzado sobre Gaza un total de 66 contenedores que incluyen hasta 38.000 comidas, en una operación coordinada con Jordania. Sin embargo, líderes como Borrell han insistido en que los lanzamientos aéreos de comida o productos esenciales “deberían ser la solución de último recurso”, ya que “su impacto es mínimo y no está exento de riesgos para los civiles”.

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