CRÓNICA En Roda de Berà

El drama del niño hallado muerto en una playa de Tarragona

De confirmarse la hipótesis de que procedía de una patera, engrosará la interminable lista de fallecimientos anónimos en las rutas migratorias a Europa a través del Mediterráneo

El Mundo, Gerard Melgar, 12-07-2023

Más de un bañista de la playa Costa Daurada de Roda de Berà (Tarragona) explicaba ayer que había pasado, durante la tarde del lunes, cerca de lo que parecía un muñeco desvencijado junto a varios restos de cosas difícilmente identificables que habían sido arrastrados por el agua hacia la arena.

La misma percepción tuvieron los operarios de la brigada de limpieza que en el amanecer del martes trabajaban en el lugar. Con alguno de los vecinos que paseaban a esa hora por la playa llegaron incluso a compartir sus dudas sobre si realmente era un juguete. Quienes se aproximaron unos metros comprobaron que no se trataba de un muñeco, sino del cuerpo de un niño pequeño en posición boca abajo y en avanzado estado de descomposición.

Los trabajadores municipales dieron el aviso a la Policía Local de Roda de Berà, que a su vez alertó a la Guardia Civil [competente en las aguas marítimas españolas y que desplazó a agentes de la Policía Judicial], a los Mossos d’Esquadra y al Sistema de Emergencias Médicas (SEM) autonómico, que perimetraron la zona a la espera de la llegada del forense y la comitiva judicial para el levantamiento del cadáver, al que le faltaban algunas partes del cuerpo.

Los restos humanos podrían corresponder a «un bebé o un niño de muy corta edad», según los primeros datos de la investigación del Instituto Armado. Fuentes del Ayuntamiento, por su parte, apuntaron también que podría tener «entre dos y tres años». El Juzgado de Instrucción número 7 de El Vendrell (Tarragona), en funciones de guardia, se hizo cargo del caso, que se encuentra bajo secreto de actuaciones. Los informes forenses y policiales deberán determinar las causas de la muerte, pero todo apunta a que la tarea de los investigadores se topará con varias dificultades que pueden hacer imposible identificar a la víctima.

Las características del cuerpo no coinciden con ningún caso presente en la base de datos estatal de personas desaparecidas. No consta tampoco ninguna desaparición reciente en playas cercanas ni en embarcaciones de recreo. Por eso, una de las primeras hipótesis es que hubiera caído al mar, hace varios días, desde una patera y hubiera sido arrastrado por el agua del Mediterráneo hasta la arena.

MUY ABRIGADO
El alcalde de Roda de Berà, Pere Virgili, informó de que esta suposición se basa en el tipo de vestimenta que llevaba puesta el menor: «Pantalón largo, jersey y chaqueta de manga larga». Uno de los testigos del hallazgo también señaló que portaba «guantes y patucos» que no dejaban al descubierto «ni las manos ni las piernas». El primer edil de esta localidad tarraconense de 7.500 habitantes también indicó que el lunes por la mañana, durante las tareas de limpieza de la playa, nadie había visto que el cuerpo se hallara en el lugar donde ayer fue encontrado y que tampoco tenía constancia de que las informaciones de que había sido visto por la tarde por algunos bañistas fueran ciertas.

«Es posible que proceda del naufragio de una embarcación de las que están convirtiendo el Mediterráneo en el mare mortum», añadió Virgili en referencia al escenario de miles de tragedias en que se ha convertido este mar en los últimos años. En caso de confirmarse este supuesto, los análisis de ADN difícilmente servirían para poner nombre a la víctima, que pasaría a engrosar la interminable lista de fallecimientos anónimos en las rutas migratorias a Europa.

Según datos recientes de la Organización Internacional de las Migraciones, entidad asociada a la ONU, más de 30.000 personas han muerto en el mar, en su intento de llegar a este continente, desde 2014. Este año, en concreto, ya se han registrado alrededor de un millar de pérdidas de vidas en la ruta del Mediterráneo central, considerada una de las más peligrosas del mundo.

El caso del menor aparecido en Roda de Berà hizo revivir ayer otro suceso ocurrido en la misma provincia hace poco más de diez días y que podría tener puntos en común. El 29 de junio apareció un cuerpo flotando en la playa El Miracle de Tarragona. Se trataba de un torso sin extremidades y en mal estado de conservación que, según los primeros indicios, pertenecería a una mujer, aunque tampoco ha podido ser identificada. Los investigadores de la Guardia Civil trabajan tanto con la hipótesis de que se trate de una muerte con origen criminal como que fuera accidental. En este caso, todo apunta también a que el cuerpo podría llevar varios días en el agua hasta que fue avistado por un socorrista tras llegar empujado por las corrientes marinas. La procedencia, pues, podría estar también ligada al naufragio de una embarcación de migrantes al tratar de atravesar el Mediterráneo para llegar a Europa.

MUERTES POR AHOGO
Precisamente ayer se registró en la provincia de Tarragona una nueva muerte por ahogo, la undécima en Cataluña desde que dio inicio la campaña estival de la Dirección General de Protección Civil de la Generalitat (del 15 de junio al 15 de septiembre). Una mujer de 80 años falleció mientras se bañaba en la Playa Larga de Salou, después de que el servicio de socorrismo la sacase del agua al ver que estaba inconsciente. Los socorristas empezaron a realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada de tres unidades del SEM, que siguieron con la aplicación del protocolo de auxilio sin éxito.

El pasado fin de semana fue especialmente trágico en la costa catalana, donde cuatro hombres fenecieron. En todos los casos ondeaba la bandera amarilla, que indica que el baño está permitido con precaución por haberse observado algún peligro. Como consecuencia de la mala mar que se registró el sábado en el litoral, la bandera roja que prohíbe el baño ondeó en 25 playas, mientras que la amarilla de precaución lo hizo en 156. Cuando aún no se ha cumplido un mes de la campaña de verano, las cifras apuntan a que serán peores que las del año pasado, cuando 25 personas murieron ahogadas en las playas catalanas en el periodo estival.

Protección Civil también alertó el pasado fin de semana sobre la peligrosidad de los accidentes en las piscinas, donde 11 menores han estado a punto de ahogarse este verano en la comunidad. Desde el 15 de junio, los dos fallecimientos que se han producido en piscinas en Cataluña han sido dos adultos de 54 y 76 años. El año pasado, en la campaña de verano, se registraron 13 muertes por ahogo en piscinas privadas y públicas, entre las cuales había dos menores de edad, un niño y una niña de cuatro años.

Las cifras de 2022 fueron peores que las del año anterior, en el que perecieron 21 personas en las playas y ocho en las piscinas.

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