El Gobierno francés pone a las redes sociales en el punto de mira tras las revueltas de la ‘banlieue’

Plataformas como Snapchat y Tik Tok tuvieron un papel clave en las protestas, pero algunos expertos consideran que no se las puede responsabilizar del estallido de violencia

El País, SARA GONZÁLEZ, 06-07-2023

Las redes sociales han jugado un papel clave en los disturbios que han sacudido Francia en la última semana. La oleada de indignación y rabia se desató tras la difusión masiva de un vídeo en el que se ve cómo un policía dispara a quemarropa a Nahel M., un adolescente de 17 años, en las afueras de París. La crisis, que de momento parece haber remitido, recordó al levantamiento de las periferias de 2005, que duró tres semanas. Con una diferencia importante: las redes han desempeñado ahora un rol en el inicio y la diseminación de las protestas. El Gobierno las tiene en su punto de mira y ha anunciado este miércoles que se plantea restringir algunas de sus funciones en caso de nuevas revueltas.

El vídeo difundido de la muerte de Nahel el martes 27 de junio fue clave en el estallido de las protestas porque permitió desmentir la versión inicial de los policías. Los agentes acusaron al joven de haber tratado de embestirlos con su vehículo, pero las imágenes, grabadas con un teléfono móvil, mostraron que estaban en la parte lateral del coche. El policía que disparó, de 38 años, ha sido imputado por homicidio voluntario y se encuentra en prisión preventiva.

La mecha prendió en Nanterre, la ciudad de 93.000 habitantes de la banlieue parisiense donde ocurrieron los hechos, pero se extendió velozmente por otras localidades de los empobrecidos extrarradios franceses, habitados en su mayoría por los hijos y nietos de inmigrantes del Magreb y de África. Al mismo tiempo empezaron a aparecer todo tipo de vídeos en las redes sociales: coches y autobuses en llamas, enfrentamientos con la policía, saqueos de comercios y a veces envalentonamiento u ostentación de los actos cometidos.

Las autoridades apuntaron a la responsabilidad de las redes en la organización de las protestas y pidieron su colaboración. “Las plataformas y redes sociales juegan un papel considerable en los acontecimientos”, advirtió el presidente francés, Emmanuel Macron, el viernes. En varias de ellas, “hemos visto la organización de reuniones violentas y observamos una forma de mimetismo de la violencia”, añadió, citando a TikTok y Snapchat, cuyo servicio de mapa interactivo, Snapmap, permite indicar en tiempo real los lugares donde se ocurren los acontecimientos.

Ese mismo día, los ministros del Interior, Gérald Darmanin, y de Transición Digital, Jean-Noël Barrot, se reunieron con los representantes en Francia de Meta, Twitter, Snapchat, y TikTok para pedirles que eliminaran ciertos contenidos e identificaran a los usuarios que cometían infracciones.

“Vamos a reventar las cuentas”
El perfil de las personas que participaron en los disturbios difiere respecto al de 2005, aunque aún no existe un retrato preciso. Según el ministro del Interior, la media de edad era de 17 años, aunque hubo jóvenes de 12 o 13 años que participaron en ellas. “Son generaciones que crecieron con internet y las redes sociales”, apunta a este diario Yasmina Buono, experta en educación numérica de Netrespect, una organización que investiga la influencia que tienen las redes sociales en los comportamientos de los jóvenes.

De hecho, un 30% de los detenidos en los últimos días eran menores de edad, según detalló el sábado el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, alertando asimismo del efecto “manada” de participar en los disturbios. Ante las cámaras de televisión, advirtió a los jóvenes: “Que sepan que vamos a reventar las cuentas. La autoridad judicial puede, previa solicitud, pedir a los operadores que entreguen las direcciones IP”.

Una semana después de los acontecimientos, el asunto sigue estando en el punto de mira de las autoridades. El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, ha declarado este miércoles que el Ejecutivo analizaba la posibilidad de “suspender” algunas funciones de las redes sociales como la geolocalización. La herramienta, ha criticado, permite a los jóvenes “reunirse en un lugar determinado, mostrando escenas de cómo prender fuego”. Y añadió: “Son llamamientos a organizar el odio en el espacio público y aquí se tiene autoridad para poder suspender”.

Sus declaraciones se produjeron al día siguiente de la reunión que Macron mantuvo con más de 100 alcaldes de localidades golpeadas por la violencia de los últimos días. Durante la cita, el jefe de Estado habló de la posibilidad de “regular o cortar” las redes sociales en los casos extremos, según recoge la agencia France Presse.

Ante el revuelo provocado por sus declaraciones, el Elíseo matizó que Macron se había referido a “poder suspenderlas temporal y puntualmente”. El ministro de Transición Digital propuso el martes la puesta en marcha de un grupo de trabajo sobre las medidas a tomar en caso de nuevos disturbios, que podrán ser incluidas en un futuro proyecto de ley para la seguridad digital.

Señales de malestar
Romain Huët, especialista en ciencias de la comunicación de la Universidad Rennes 2, señala que las redes jugaron un papel importante para visibilizar el enojo, pero cree que hay que reflexionar sobre “lo que dicen estos gestos, estas violencias, estas destrucciones del estado del mundo”. “Cuando niños muy jóvenes arremeten contra la policía con tanta determinación, es señal de que algo va muy mal”, señala a este diario.

Y agrega: “Tendremos que preguntarnos cómo es posible que participar en semejante violencia o saqueo despierte tal frenesí colectivo. Dice algo de la forma en que algunas personas se relacionan con el mundo”.

Coincide Buono, de Netrespect: “En un momento dado, nos encontramos con jóvenes que se lo toman más como un reto (…). Como un ‘yo también voy a demostrar que participo’. Eso plantea muchas preguntas. ¿Es la vida en línea más importante para estos jóvenes que la vida real? ¿La vida en línea ofrece más oportunidades que la vida real?”.

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