Crítica de 'Chino americano': bullying y artes marciales

No solo de Marvel viven las adaptaciones de las viñetas a la multipantalla. La mitología oriental se funde con la típica serie estudiantil dando pie a un sano divertimento para todos los públicos

Diario Vasco, Borja Crespo, 28-06-2023

En 2007 la editorial La Cúpula, gracias a la cual existió la mítica revista ‘El Víbora’, publicó el tomo ‘Chino americano’, un cómic de luminosa portada con fondo amarillo, ganador de un premio Eisner, que pasó algo desapercibido en nuestro mercado. De hecho, el título está descatalogado, pero, por azares del destino, dieciséis años después, la misma historia figura en el menú de Disney + en imagen real. Siguiendo una tendencia audiovisual actual que no parece agotarse a la hora de buscar inspiración, la historieta como I + D, alguien vio posibilidades en el relato escrito y dibujado por Gene Luen Yang. El autor estadounidense, hijo de inmigrantes chinos, es un reputado conferenciante en universidades y ha dejado su impronta en las aventuras de varios superhéroes legendarios de la escudería de DC Comics, entre ellos grandes iconos de la cultura popular como Batman o Superman. El Hombre de Acero es el protagonista de ‘Superman contra el Klan’, un recomendable título de su cosecha. A pesar de no coquetear con Marvel, el tebeo que le dio a conocer ha dado lugar a una serie homónima, disponible en streaming, que protagonizan, sucumbiendo a otra inesperada alineación de astros, Michelle Yeoh y Ke Huy Quan, ganadores de sendos Oscar por su participación en ‘Todo a la vez en todas partes’, una película que ha picado la curiosidad de espectadores no acostumbrados a leer cómics, donde los multiversos, la fusión de géneros y el delirio con sentido del humor están al orden del día.

Si el cómic presentaba tres historias independientes que acababan teniendo mucho en común: una tradicional, con el famoso Rey Mono, figura fundamental en la mitología oriental de la cual surgen derivaciones archiconocidas como ‘Dragon Ball’, sumido en una gran gesta para ser aceptado como uno más por los seres celestiales a pesar de su apariencia animal; una parodia de la típica comedia de situación televisiva americana, con risas enlatadas y un personaje de origen chino que sufre todos los tics racistas imaginables en busca del gag; y el relato, probablemente con tintes autobiográficos, de un chaval solitario, hijo de inmigrantes, que no termina de integrarse en la sociedad occidental y reniega de su identidad hasta que se topa con otro chico en similares circunstancias con el que surge una relación de amistad que no termina de cuajar. El trío de hilos argumentales se entrelazan finalmente para ofrecer una interesante visión de las herencias culturales y la aceptación de uno mismo y el entorno, temas también presentes en la serie ‘Chino americano’, cuya primera temporada consta de 8 episodios de 30 minutos de duración que transcurren principalmente en un ambiente de instituto.

Divertido casting
‘Chino americano’ se despoja de algunos pasajes en su salto a la imagen en movimiento y apuesta por cruzar del tirón las tramas mostradas en el papel de partida. A cambio, aumentan los efectos visuales con una retahíla de ágiles escenas de acción que ya quisieran otras producciones fantásticas disponibles en el mismo catálogo. Hay luchas trepidantes y piruetas imposibles que enriquecen el tono de un producto infantil y juvenil con divertidos momentos rendidos a las artes marciales que señala problemáticas como el bullying o la xenofobia. La atribulada vida social de un adolescente de origen asiático que intenta evitar sus raíces para integrarse en el instituto es el centro del relato. Se ve metido en problemas cuando se obsesiona con ser aceptado por los demás y entrar en el equipo de fútbol.

En su viaje, camino a la edad adulta, se cruza con un compañero de clase que vive una situación similar pero guarda un curioso secreto: visita la Tierra con una misión, encontrar el famoso cuarto pergamino para poner orden en los cielos. Ben Wang, visto en ‘MacGyver’, encarna a Jin Wang, el protagonista, al que acompaña Jimmy Liu, presente en los créditos de ‘The Farewell’, interpretando a su colega Wei-Chen. Chin Han (‘The Blacklist’), Daniel Wu (‘Westworld’), Sydney Taylor (‘Nashville’) y Yeo Yann Yann (‘Modern Love’) completan el reparto junto a los mentados Michelle Yeoh y Ke Huy Quan. Los oscarizados intérpretes no son los roles principales, actúan secundarios de excepción. Es más, el niño ya crecido de ‘Los Goonies’ e ‘Indiana Jones’ apenas aparece en pantalla hasta el tramo final.

Destin Cretton, responsable de ‘Shan-Chi y la leyenda de los diez anillos’, probablemente una de las cintas más anodinas de Marvel, dirige con más gracia, y menos presupuesto, una serie con vocación familiar que simplifica el material de partida. El cómic es superior, se nota que ha pasado por el filtro de Disney, pero el resultado se muestra simpático, especialmente pensado para un público menudo. Menos original y audaz que las viñetas originales, busca una audiencia diferente, perdiendo personalidad en la travesía, uno de los escollos habituales en este tipo de traslaciones que, la mayoría de las veces, se quedan en tierra de nadie por intentar ensanchar su target. ‘Chino americano’ exprime algunas ideas potentes, como las rocambolescas escenas de la sitcom, y se atreve a incluir en el ecuador de la temporada un episodio que recuerda a una serie televisiva antigua de cosecha oriental, deliciosamente kitsch, con maquillajes low cost y decorados teatrales, un guiño pensado para los muy cafeteros. Yeoh pone su talento al servicio de la Diosa Guanyin, ofreciendo al respetable algunos de los momentos más destacados de un espectáculo sin quebraderos de cabeza.

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