El 'runner' del Pagasarri

Es incombustible. Hace un año, este joven de 26 años se propuso ascender un monte cada día a ritmo de maratón. Y está a punto de conseguirlo.

Deia, Alejandro López, 08-08-2022

“El deporte es mi equilibrio de vida. Gracias a él, supe lo que es la disciplina”, afirma Neftalí Obiang. Nació en Malabo (Guinea Ecuatorial) hace veintiséis años y es un auténtico mendizale. Ha ascendido por las lomas del monte Oiz hasta alcanzar su cima. También ha visitado la morada de la diosa Mari, en el Amboto y el torreón del monte Serantes. El Gorbea no se le ha resistido. La picota, en tierras cántabras, o la Sierra de los Ángeles, en Madrid, tampoco. Ya en Bilbao, donde reside, asciende de manera diaria el Pagasarri. Conoce tanto los senderos que conducen a su cúspide como los árboles, arbustos y matojos que los flanquean. Y lo hace a la perfección. Pero él no sube por sus faldas con sosiego, apoyado en su makila. Lo hace corriendo. Y es que Neftalí es un Filípides moderno. La única diferencia entre ambos es que el Heleno corrió, una sola vez, pereciendo en su tarea, los kilómetros que separaban Maratón de Esparta para advertir a la Polis de que el ejército persa estaba en la Hélade. Neftalí hace lo propio, dos milenios después, y con periodicidad diaria, porque se ha marcado un reto: ascender un monte haciendo ‘running’ cada día. Su objetivo es demostrar que las únicas barreras “están en nuestro interior”. Según Obiang, si los límites se enfrentan con grandes dosis de esfuerzo, disciplina y tesón pueden ser superados.

Superación personal, esfuerzo y sanación
“El año pasado, cuando murió mi padre, tuve una mala racha. Entré en un bucle en el que no sabía que hacer hasta que, al fin, me planteé este objetivo”, explicó Obiang mientras daba un sorbo a su Colacao, en la calle Hernani de Bilbao. En la cafetería donde estaba todas las mesas y sillas tenían ya un ocupante. Pero a él no le importó degustar de pie el cacao. Cuando vació la taza se puso en marcha para correr por las lomas del Pagasarri hasta alcanzar su cúspide. Lleva haciéndolo diariamente desde hace un año, cuando trasladó su pista de running a los montes que flanquean la villa. “Los subo corriendo porque me exige más”, aseguró.

Este es, además, un reto que no se queda en la Villa cuando viaja. “Cuando estuve en Madrid subí a la Sierra de los Ángeles. El reto siempre viene conmigo”, afirmó con contundencia. “En Cantabria también estuve en los Ojos del Diablo. Es bestial, las vistas son impresionantes”, añadió risueño. Es incapaz de enumerar todos los montes, peñones, montañas y demás elevaciones del terreno que ha ascendido en el último año, pero asegura que ya ha coronado todos los picos de Bizkaia.

Un hombre emprendedor
Este, sin embargo, no es el único proyecto que Obiang tiene entre manos. También participa en Koops sf34. “Es una cooperativa dirigida a combatir los niveles de desempleo entre las personas migrantes del barrio de San Francisco”, explicó. “A través de la asociación, los socios y las socias pueden emprender sus propios proyectos y ejercer su profesión”, agregó. Fundada en 2015, en el marco de esta iniciativa se están desarrollando veintiséis proyectos. “Yo también emprendo. Soy coach de calistenia, un deporte que me apasiona. Mi objetivo es que las clases se conviertan en un punto de referencia en Bilbao para aprender este deporte”, afirmó.

Su labor en ésta todavía le deja algo de tiempo para involucrarse en otra iniciativa más: Diversitours. “Soy uno de los guías interculturales de los recorridos que se hacen por el barrio de Bilbao La Vieja ”, constata. Esta iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Bilbao, tiene por objetivo dar a conocer la zona para enterrar prejuicios.

El Filípides del Pagasarri culmina su reto
Pese a que disfruta de las múltiples actividades en las que se implica, Neftalí está muy centrado en terminar su particular reto. “Estoy seguro de que me va a dejar una sensación de vacío un poco extraña”, reconoció nostálgico. Se rascó la cabeza sonriendo tímidamente, con dulzura. Parecía sentir una nostalgia anticipativa, esa que se experimenta cuando se es consciente de que algo importante, algo de lo que se está disfrutado mucho, se acerca a su fin. El próximo 7 de agosto Neftalí Obiang culminará su reto. Pese a la morriña, es un día que espera con ilusión. “Subiré al Pagasarri acompañado de mi gente. Se juntarán muchas personas. Ya veremos si lo hacemos corriendo o no”, informó entre carcajada y carcajada. De momento, tiene sus zapatillas de correr listas. Aún queda un día para que este Filípides de la era moderna cierre una etapa.

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