LA VALETA. Agencias. -

Un helicóptero evacuó anoche a Malta a tres de las mujeres – una de ellas embarazada- a bordo del pesquero

No somos héroes, somos marineros, pero volveríamos a hacerlo, sin duda alguna", aseguraba ayer desde alta mar, Bautista Molina, segundo patrón del pesquero español Francisco y Catalina,que está varado cerca de Malta con 51 inmigrantes subsaharianos a bordo, a la espera de que algún país los acoja. La tripulación del pesquero recibe elogios por su acción humanitaria. Incluso de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), que pidió a la Unión Europea (UE) que busque una solución al problema.

El pesquero avistó el cayuco con los inmigrantes el viernes en aguas internacionales, a medio camino entre Libia y Malta. Cuando se acercó a Malta para dejarlos en tierra, el país se negó a recibirles, situación que continuaba ayer. Molina explicó que decidieron ir a Malta porque era el puerto mas cercano y un país de la UE. “Si vamos a Libia nos acusan de tráfico de personas y encarcelan”, comentaba.

La tripulación, compuesta por cinco alicantinos y cinco gallegos, da por liquidada su campaña de pesca y Molina cuantificó las pérdidas “en alrededor de un millón de las antiguas pesetas diarias”. Ayer confesaban que empiezan a estar desesperados. “Cuando vayamos a Santa Pola, ¿qué les decimos a nuestras familias: que somos unos héroes, pero que no vamos a ganar un duro?”, señalaba Molina. Pepi Irles, esposa del patrón del barco, José Durá, agregó que los marineros “se sienten como presos, como si hubieran cometido un delito”.

Molina indicó que el gobierno maltés les envió agua, 20 kilos de arroz y 10 kilos de espaguetis. “¿Creen que es suficiente para alimentar a tantas personas?”, preguntó. El pesquero pidió a la embajadora española en Malta, Marta Vilardell, el envío de víveres y otros productos, como pañales para la niña de dos años que iba en la patera o compresas para las mujeres. Además, solicitó que enviara médicos ya que tres de las ocho mujeres – una, embarazada de siete meses- se encontraban mal. El médico no llegó, pero la mujer embarazada, junto a su madre y a su hija menor tuvieron que ser evacuadas en helicóptero en torno a las ocho de la tarde a consecuencia del estado de salud de la mujer encinta.

“Son cinco días ya los que llevamos aquí y tanto la tripulación como los inmigrantes están muy desanimados”, dijo Molina. Con todo, apuntó que los inmigrantes han escrito una nota en inglés a los pescadores agradeciéndoles su ayuda.

Ayer por la tarde llegaron al barco dos policías españoles – uno de ellos traductor- enviados para identificar a los inmigrantes. Mediante interrogatorios descubrieron que los inmigrantes proceden de países como Túnez, Marruecos o Etiopía. Malta mantenía su decisión de no permitir el desembarco en La Valeta. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español aseguraron que Malta acepta repatriar a sus países de origen a los inmigrantes que identifiquen los policías enviados a bordo del barco. El segundo patrón del barco, no obstante, consideró que la llegada de los policías “no es la solución”.

La portavoz de Acnur, Jennifer Pagonis, elogió al capitán José Durá y a su tripulación y pidió a los países de la UE que se impliquen en la solución del caso acogiendo a estas personas, ante la “urgencia de desembarcar lo antes posible”. Acnur contactó con las autoridades maltesas y dijo que reconocía los problemas del pequeño país para acoger inmigración, por lo que pidió a otros países de la región que admitan a los 51 auxiliados.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) advirtió al Gobierno español de que los 51 inmigrantes podrían ser solicitantes de asilo y pidió que se implique en su atención, aunque la obligación de acogida sería de Malta o de Libia, de donde zarparon. Vilardell explicó que las autoridades maltesas plantearon desde el principio que España acogiese a los inmigrantes.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López, alabó a la tripulación del pesquero almeriense. Asociaciones de armadores alicantinas y almerienses pidieron que se compense al barco dadas las pérdidas económicas producidas por la situación.