Escándalo

Las Provincias, 19-07-2006

PEDRO VILLALAR/
La historia es conocida: un pequeño pesquero español ha rescatado en aguas de Malta a 51 inmigrantes subsaharianos que se hallaban al borde del naufragio y de la muerte. El pesquero ha permanecido durante más de cuatro días fondeado a 16 millas del puerto de La Valeta a la espera de que alguien diese una solución a su problema de hacinamiento. Pero el humano cargamento era indeseable: nadie quería saber de él. El asunto es grave: a partir de hoy, es muy probable que los pesqueros que topen con barquichuelas de inmigrantes miren para otro lado para evitar verse prendidos en parecidos laberintos. Y es que si la vida de los subsaharianos no vale nada para quienes están al frente de las instituciones y dicen defender los grandes valores occidentales, y cobran por ello, ¿por qué van a ponerse al frente de las causas humanitarias unos pobres trabajadores que se arriesgan, encima, a ser tratados como delincuentes por impedir que se ahoguen unas docenas de seres humanos?

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)