“La tripulación está cansada. Esto es vergonzoso”

Las Provincias, 19-07-2006

Los marineros se turnan para hacer guardia por las noches y cuidar de los inmigrantes, que se muestran “muy agradecidos” por el rescate Aquí todavía no ha venido nadie. Lo que está ocurriendo es vergonzoso”. Son las palabras de Bautista Molina, segundo patrón del pesquero de Santa Pola retenido frente a la costa de Malta. Pasadas las tres y media de la tarde, las provisiones de alimentos que habían pedido a primera hora de la mañana todavía no habían llegado. .


La desesperación se ha instalado en el
Francisco y Catalina
después de cinco días en aguas maltesas. La tripulación, según comenta, está “tensa y cansada”. Todas la noches hacen guardia por si alguno de los 51 inmigrantes “necesita cualquier cosa”.


Según ha podido averiguar la tripulación, 46 de los 51 inmigrantes son de Eritrea. Algunos de los inmigrantes hablan con dificultad el italiano y el inglés, y en esos idiomas agradecen a la tripulación que les hayan salvado la vida. Además, se disculpan por todo lo que está ocurriendo.


De hecho, los marineros están “muy contentos” con la actitud de los inmigrantes porque son “muy agradecidos”. El segundo patrón del pesquero señaló que no se consideran héroes por su acción. “Somos marineros, pero lo volveríamos a hacer, sin ninguna duda”.


El problema es que la embarcación no reúne condiciones para acoger, y durante cinco días, a 61 personas bajo “un sol que pega muy fuerte”. No sólo hay mujeres embarazadas y una niña de dos años, sino también algunos adolescentes de entre 13, 14 y 15 años de edad


Irene Maciá, esposa del cocinero de la embarcación, señaló que la tripulación se siente “como si estuvieran castigados”, ya que una patrullera maltesa les vigila día y noche para que no intenten entrar a puerto.


Los inmigrantes rescatados, según le comentó su marido, “cada vez que pasan por su lado les sonríen, hacen lo posible por no molestar y son conscientes de que –los marineros– han hecho algo muy importante por ellos”.


Maciá calificó la situación de “penosa” y añadió que hay tanta gente hacinada en el barco “que los inmigrantes se salen hasta por las ventanas”.


Cuando la mujer del patrón del pesquero de Santa Pola, Pepi Irles, recibió las fotografías de los inmigrantes a través del teléfono móvil se quedó “muerta”. “Están hacinados. Eso es tercermundista, pero mi marido me dice que no tienen más espacio”.

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