De vuelta a Ucrania tras pasar dos meses en Galicia: «Quieren recuperar sus vidas»

Cuatro mujeres y cinco niños viajan con el Banco de Alimentos Rías Altas hasta Polonia para coger un tren destino Leópolis. La oenegé realiza la expedición desde A Coruña para recoger a 55 refugiados

La Voz de Galicia, CATERINA DEVESA REDACCIÓN / LA VOZ, 19-05-2022

La mayor parte de los refugiados ucranianos que llegan a Galicia no ocultan sus ganas de volver a su país y ahora, a punto de cumplirse tres meses desde el inicio de la invasión rusa, pero con la guerra todavía en curso, algunos ya han optado por regresar. Es el caso de Svetlana Timoshchuk y sus dos hijas, Alexandra Tolstova y Tatiana Formanyuk, así como sus cinco nietos, todos procedentes de Yitomir, al oeste de Urania. Las mujeres llegaron con los pequeños a Caldas de Reis el pasado 12 de marzo de la mano de voluntarios que las transportaron en furgonetas. Ahora, acaban de hacer el viaje a la inversa.

Este lunes el grupo partió en un bus de voluntarios del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial), que viajan por segunda vez al país polaco para recoger refugiados. Este miércoles llegaron a Polonia y las ucranianas se quedaron en la estación de Rzeszów para coger un tren gratuito a Leópolis y otro al día siguiente hasta su ciudad. Regresan tras pasar dos meses en la provincia de Pontevedra. En concreto, Alexandra se quedó con sus dos hijas, Violetta, de siete años, y Adelina, de solo ocho meses, además de su hermano Denis, de 17, en Vilagarcía de Arousa gracias a la solidaridad de María González y su marido. Su madre, Svetlana y su hermana, Tatiana, con sus hijos, Zlatoslava, de 8 años, Danil, de tres, y Sofia, de uno, fueron derivadas a otros hogares. «Cuando empezó la guerra todos, y me refiero a la ciudadanía en general, teníamos ganas de ayudar. En nuestro caso teníamos el espacio y el tiempo necesario para hacerlo y no lo dudamos», apunta María, madre de tres hijos. «Los míos tienen 20, 19 y 6, entonces encajaron muy bien con los ucranianos. De hecho, aunque Alexandra y las niñas vuelven a su ciudad en Ucrania, Yitomir, Denis se queda con nosotros».

Porque tras convivir casi dos meses juntos, el vinculo creado entre las dos familias es ya para toda la vida. «Estuvieron con nosotros en casa mes y medio, luego se acogieron al programa de refugiados de Accem y fueron derivados a un hotel en Vigo, pero mantuvimos el contacto. Fuimos a visitarlos y ellos a nosotros. Ahora, cuando ellas comenzaron a valorar la opción de volver, él dijo que se quería quedar en Galicia», explica María, que añade que «por edad, su situación es más complicada. Está a punto de cumplir 18 por lo que, aunque en su región la cosa esté calmada, podrían llamarlo para unirse al ejército en otro punto». Para poder mantener al menor bajo su tutela, María y su marido fueron a un notario, junto a la madre de Denis, para firmar un poder: «Es un documento mediante el que la madre nos cede la tutela y nosotros nos comprometemos a asumirla y a hacernos cargo de Denis. Pasa de ser acogida a una especie de adopción», señala María.

La decisión de retornar al país en guerra no fue fácil para las ucranianas. «Alexandra y Tatiana tienen allí a sus maridos, además de a más familia, como a su abuela. Sus familiares les pidieron que volviesen. Les dijeron que en Yitomir la situación está controlada y que además pueden retomar sus trabajos. Al chico lo intentaron convencer para que se fuese con ellas, pero para él todo ha cambiado mucho. Sus amigos están esparcidos por el mundo en países de acogida y otros ya en el ejército. Sería como volver al punto del que partió». Sobre, las mujeres, María señala que confiaban en que la guerra acabase este mes. «Tenían la esperanza, como muchos ucranianos, de que el 8 de mayo, que allí se celebra el Día de la Victoria, finalizase el conflicto. Era una idea algo ilógica, pero ellos confiaban en eso. Aunque la guerra no acabó, como su gente les dice que igualmente en su ciudad la situación es buena, siguieron adelante.Quieren recuperar sus vidas». Ante su determinación, la familia de Vilagarcía optó por ayudarlas. «Primero les dijimos que esperasen, pero una vez vimos que se irían sí o sí, decidimos buscar cómo ayudarles con el viaje. Preguntamos si había alguna ruta en bus o tren y a través de una amiga contactamos con Manuel Morán, voluntario del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial). Como ellos iban a ir a Polonia a por más refugiados se ofrecieron a llevarlos hasta allí».

Así, las mujeres y a los niños partieron el lunes con el grupo de la oenegé que este miércoles los dejó en la estación de tren de Rzeszów, desde donde cogerán un tren a Leópolis, Ucrania. Allí los recogerán sus familiares para ir a Yitomir. Las tropas rusas abandonaron esa región el pasado mes de abril y poco a poco la población trata de recuperar la normalidad. Por ello, Alexandra espera volver a su trabajo en una tienda de alimentación, mientras que Tatiana recuperará el suyo en oficina del ministerio ucraniano. En cuanto a los niños, Zoia, voluntaria de la oenegé, que llegó a A Coruña con el primer viaje de Balrial a Polonia, indica que la decisión de volver se debe también al bienestar de los menores: «Las madres decidieron que sería mejor para sus hijos ir a la escuela en Ucrania. Es su elección. Muchas mujeres quieren volver por sus maridos, y en el caso de la gente más mayor, la adaptación es más complicada, pero todos los ucranianos hablan de la buena actitud de los gallegos y están muy agradecidos».

Siguen llegando refugiados

Durante el trayecto, los voluntarios de Balrial se encontraron con más ucranianos que emprenden el viaje de regreso al país en guerra. A bordo del bus del Banco de Alimentos Rías Altas viajó desde Galicia otra ucraniana más para volver a Ucrania. «A Natalia la conocieron en Vigo, en el programa de refugiados Accem, y cuando se enteró de que Alexandra y su familia se volvían a Ucrania quiso irse con ellas», señala María. Así, mientras unos regresan, otros siguen saliendo de su patria en busca de una nueva vida lejos del conflicto bélico. Prueba de ello es que la oenegé, que ya viajó a la frontera polaca el pasado mes de marzo en cinco furgonetas para recoger a 24 refugiados realiza el viaje para traer a otros 55 ucranianos desde Przemyl. El grupo será acogido en Maceda, Ourense.

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