EDITORIAL
El reto demográfico vasco
Euskadi afronta un reto de país de extrema complejidad que requiere amplios consensos para revertir la baja natalidad
Diario Vasco, , 19-05-2022La primera condición para corregir el ‘invierno demográfico’ que sufre Euskadi es aceptar su existencia. La segunda, completar un acertado diagnóstico con la puesta en marcha de medidas adecuadas para revertir la situación desde una premisa básica: se trata de un desafío de extrema complejidad en el que no existen varitas mágicas de efecto inmediato. El pleno monográfico que celebró ayer el Parlamento Vasco tuvo la virtud de poner el foco en uno de los principales problemas que debe afrontar nuestra comunidad, aunque paradójicamente apenas esté presente en el debate político. Corroboran su gravedad la pérdida de casi 11.000 alumnos de Infantil en seis años por el desplome de la natalidad y la previsión de que la ya menguante población en edad de trabajar descenderá en 220.000 personas para 2050 cuando, si alguien no lo remedia, casi la mitad de la ciudadanía estará jubilada, con los consecuentes efectos nocivos en el relevo de la mano de obra y la sostenibilidad del Estado de Bienestar.
Estamos ante un verdadero reto de país que requiere amplios consensos. Resulta esperanzador que la sesión discurriera por esa senda, inédita hasta hace unos meses. Pese a su mayoría absoluta, el PNV y el PSE asumieron propuestas de todos los grupos, excepto Vox, con las que enriquecerán la estrategia que preparan las instituciones vascas. El pleno evidenció, aunque con distintos acentos, la urgencia de actuar sobre las causas por las que los vascos se emancipan mucho más tarde de lo que desean, tienen menos hijos de los que les apetece y el primero de ellos a una edad demasiado alta. Crear un marco favorable para aproximar las aspiraciones individuales y la realidad en esos terrenos pasa por un decidido apoyo a la conciliación y por acciones como las anunciadas ayer por el lehendakari. Entre ellas, una ayuda de 200 euros mensuales por hijo a cargo hasta los 3 años, guarderías gratuitas hasta los 2 y créditos sin intereses para favorecer la independencia de los jóvenes.
Estas medidas suponen un firme paso en la dirección correcta, igual que el fomento de la inmigración. Pero deberán ir acompañadas de sustanciales avances en la calidad y cantidad del empleo de las nuevas generaciones, la vivienda pública de alquiler y en cambios sociales que incidan en un reparto equitativo de las tareas domésticas. Euskadi tiene por delante una tarea colosal en la que no puede contemplar más opción que el éxito. En ello le va futuro.
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