Francia busca la ayuda europea tras el drama migratorio de Calais

Detenidos cinco traficantes de seres humanos, pero las travesías continúan

La Vanguardia, EUSEBIO VAL, 26-11-2021

La emergencia migratoria ha golpeado ya a Europa por todos sus flancos, desde las islas griegas a los estrechos de Gibraltar y de Sicilia o la frontera entre Polonia y Bielorrusia. El naufragio del miércoles en el canal de la Mancha, con un balance provisional de casi treinta muertos, devuelve el protagonismo a un brazo de mar en el que convergen la crisis humanitaria y fuertes tensiones post-Brexit.

Francia, que durante años pareció ignorar las enormes dificultades de Italia ante el desembarco casi diario de centenares y a veces millares de migrantes irregulares y refugiados procedentes del norte de África, se afana ahora en buscar la ayuda europea. La pidió ayer el presidente Emmanuel Macron, durante una visita a la capital croata, Zagreb, al tiempo que anunciaba un mayor control de las playas en el paso de Calais, con uso de drones y movilización de reservistas.

La idea británica de patrullas conjuntas del litoral francés no entusiasma en París, celosa de su soberanía
A poco más de cuatro meses de las elecciones y aún en plena pandemia, el titular del Elíseo corre el peligro de que le estallen varias situaciones al mismo tiempo. Además de la gestión migratoria en Calais y de las tensiones francobritánicas tras el Brexit, Macron afronta graves disturbios en las Antillas francesas y una potencial desestabilización grave en Nueva Caledonia tras el referéndum del 12 de diciembre sobre la independencia. La cuestión migratoria es fácilmente manipulable por sus adversarios de derecha o extrema derecha, que lo pueden atacar por blando, y por la izquierda, que le exigirá más compasión y humanidad.

El desastre en Calais está forzando la cooperación, siempre difícil, entre Francia y el Reino Unido, aunque ello no impide el cruce de reproches. Macron y el primer ministro Boris Johnson se comprometieron a sumar esfuerzos en una conversación telefónica, en caliente, después de la tragedia de la lancha neumática que se hundió tras desinflarse. Johnson evocó la propuesta de realizar patrullas navales conjuntas en el litoral francés para impedir la salida de pateras. Luego insistió en ello su secretario de Inmigración, Tom Pursglove. En París, sin embargo, esta idea no entusiasma porque supone una cierta renuncia de soberanía, incómoda para el orgullo patrio francés.

El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, informó de la detención de un quinto presunto traficante –otros cuatro ya fueron arrestados el miércoles–, posiblemente relacionado con la travesía que terminó en naufragio. Entre los fallecidos –cuyo número exacto no está claro– había cinco mujeres y una niña. Fue un pescador quien vio cadáveres flotando y avisó a los equipos de rescate.

Este domingo se reúnen en Calais los ministros de Interior francés, holandés, belga y alemán
Darmanin se defendió de las acusaciones que a menudo llegan de Londres sobre la laxitud de la policía francesa. El ministro, que pertenece al ala más dura y derechista del Gobierno, indicó que el miércoles había 780 agentes patrullando en las playas desde las que salen las pateras. El responsable de Interior puso énfasis en la cooperación europea y recordó, por ejemplo, que los traficantes suelen comprar las lanchas hinchables en Alemania, por lo que este país debe tomar medidas. Horas después, el propio Darmanin confirmó que este domingo se reunirá en Calais con sus homólogos británico, holandés, belga y alemán para tratar sobre la emergencia.

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En París, mientras, hubo una reunión extraordinaria de varios ministros para abordar la crisis. En el encuentro no pudo participar presencialmente el premier, Jean Castex, aislado en el palacio de Matignon tras haber contraído la covid.

La coyuntura pone a prueba el diálogo francobritánico. París cree que la legislación de asilo de Londres –que está en revisión– es demasiado generosa y actúa como imán de inmigrantes irregulares. Los británicos atribuyen a los franceses una complicidad pasiva con las travesías clandestinas. Esa visión de los hechos es acentuada por la prensa inglesa, siempre gustosa de activar los resortes nacionalistas y de alimentar los recelos antifranceses. Ayer algunos periódicos, como el tabloide The Sun , y también la web de la BBC, publicaron fotos en las que se veía un vehículo todoterreno, supuestamente policial, contemplando la escena de unos migrantes cargando una gran lancha para hacerse a la mar en la costa francesa.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, deploró en duros términos “la pérdida devastadora de vidas humanas”. “Necesitamos un mejor sistema basado en la seguridad, la compasión, la justicia y la cooperación a través de las fronteras –tuiteó el prelado de mayor rango de la Iglesia anglicana–. Esto no puede continuar”. En Calais, hubo una vigilia de homenaje a las víctimas. Se profirieron gritos contra Darmanin, a quien llamaron “asesino”.

Las muertes del miércoles no disuadieron a quienes pretenden llegar a toda costa a territorio británico. Al menos dos pateras, con unas 40 personas a bordo, fueron escoltadas hasta Dover esta mañana, según constató un reportero de la BBC.

Los pescadores franceses quieren
bloquear el Eurotúnel por las licencias
Quizás aprovechando la visibilidad mediática que adquiere Calais, los pescadores franceses planean bloquear hoy el túnel bajo el canal de la Mancha y el puerto de Calais –del que parten los ferris–, como protesta por el punto muerto en las negociaciones entre París y Londres sobre las licencias de pesca que los británicos se niegan a conceder para pescar en la zona entre 6 y 12 millas, así como en las aguas de las islas anglonormandas de Jersey y Guernsey. Se trata de un contencioso de impacto económico muy limitado pero simbólico. Aunque se ofrezcan indemnizaciones a los pescadores afectados, Macron pagará un coste político al ser acusado de no defender bien los intereses franceses y de haberse echado atrás en las severas medidas de retorsión que había anunciado.

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