Màrius Serra explora la identidad y la inmigración en la novela «Farsa»

La obra, ambientada en el Fórum Universal de les Cultures y en el Gran Casino de Barcelona, despliega una trama en la que se cruzan magia, juego y crítica social

ABC, 26-02-2006

BARCELONA. Al escritor y enigmista Màrius Serra (Barcelona, 1963) ya no le interesa ser novelista. Prefiere ser novela y, puestos a escoger una en concreto, seguro que se decantaría por «Farsa» novela que le valió el último Premi Ramon Llull de las letras catalanas y que presentó anteayer en Barcelona. «A pesar de la enfermedad crónica y la amenaza de muerte que arrastra, la novela ha perdurado durante siglos», matizó un Serra que, en su último libro, exprime al máximo el género novelístico para explorar la importancia de la identidad en una sociedad atenazada por las apariencias.

Cuando Barcelona fue una fiesta

Ambientada en la Barcelona del Fórum de les Cultures, «Farsa» retrata con cierta acidez la inmigración en la sociedad europea partiendo de un alocado preámbulo que arrastra al lector a una encrucijada de magia, juego, lectura y crítica social. Así, la novela echa a andar cuando el Gran Morelli, mago seguidor del prestidigitador Robert Houdin, presenta un espectáculo de magia que le lleva a introducir a inmigrantes en un armario para hacerlos reaparecer convertidos en un catalanes modélicos que cantan el «Virolai», tiene el carnet del Barça, una Visa de «La Caixa» y habla con acento de Osona.

Tan insólita premisa le permite a Serra adentrarse en los rincones del Gran Casino de Barcelona, donde los inmigrantes acaban trabajando como croupiers, y abordar el mundo de la magia a través de las memorias de Robert Houdin, libro que tendrá una importancia capital en el desarrollo de la historia. «Fundamentalmente, quería hacer un elogio de la lectura como ejercicio apasionante y única depositaria de la memoria explicó el autor, ya que la resolución de la historia llega a través de la lectura».

A pesar de lo rocambolesco de la trama, para el autor catalán una de las claves de la novela está en la utilización del «yo», pronombre personal convertido aquí en personaje central y «símbolo de la incapacidad de situarnos en el punto de vista del inmigrante». No menos importante es la galería de personajes, cerca de una veintena, que permanecen anclados al Casino, metáfora de la Barcelona del dinero y el diseño. Sin ir más lejos, en «Farsa» encontramos a Stendhal, conocido así por su cobardía a la hora de apostar únicamente «al rojo o al negro», y a Dora, mujer que vive permanentemente en el casino.

Escorzo al natural

Para el escritor, todos estos personajes están hechos «como un dibujo al natural», ya que corresponden a personas que el propio Serra conoció en sus excursiones al Casino de Barcelona. «El juego hace pensar mucho en las relaciones que tenemos con el destino y las creencias», apuntó el autor quien, a pesar de no desvelar que es lo que llevó a frecuentar el casino, sí que reconoció que se llevó a «implicar con el entorno». «Es imposible ser observador del vértigo, y lo que he intentado ha sido transmitir esa implicación. De todos modos, ahora sí que sería mucho más peligroso ir al casino», aseguró refiriéndose a la dotación económica del Premi Ramon Llull.

La novela, dividida en 36 capítulos como guiño a los 36 números de la ruleta, tenía el título inicial de «Falòrnia» (patraña), pero el trabajo de campo le llevó a abandonar la idea. «Sólo un diez por ciento de la gente con la que hablaba lo entendía», señaló. «Lo de «Farsa» se me ocurrido un día en el Camp Nou añadió. Toda la gente gritaba «¡Barça!», «¡Barça!», y yo entendía «¡Farsa!», «¡Farsa!»…».

La noche del premio, el autor ya adelantó gran parte de las claves del libro e hizo frente a los chicos de la Prensa, principalmente la gráfica con un aplomo considerable y supo estar emotivo a la vez. ¡Que no es poco!