Miguel Angel Moratinos afirma que el ‘espíritu de Rabat’ supera «la obsesión por los acuerdos de readmisión» Los 54 países europeos y africanos que han participado en la primera Conferencia sobre Migración y Desarrollo celebrada en Rabat bajo el patrocinio de España, Francia y Marruecos, acordaron ayer la puesta en marcha de un Plan de Acción que incluye un total de 62 medidas destinadas a gestionar ordenadamente los flujos migratorios entre Africa occidental y Europa.

El plan, que tiene como objetivo conseguir potenciar los efectos positivos de la inmigración tanto para los países de origen como de destino, debe iniciar ahora su fase de entrada en vigor, la más difícil, porque requerirá de las aportaciones efectivas de los socios de la UE y del cumplimiento de los compromisos de control y readmisión por parte de las naciones africanas.

La conferencia y sus resultados han sido calificados como «históricos». Su importancia radica esencialmente en el hecho de que por primera vez los dos continentes han abordado juntos el problema y han reconocido, como destacaba el ministro de Estado marroquí, Taieb Fassi Fihri, que su solución «no puede ser ni unilateral ni unidimensional». Para el titular español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, lo más reseñable es el hecho de que «por fin con el espíritu de Rabat se supera la obsesión por los acuerdos de readmisión».

Moratinos no quiso sin embargo marginar totalmente este aspecto, que se incluye entre las medidas del plan y forma parte también de la declaración política aprobada en Rabat, aunque aseguró que no puede descargarse toda la responsabilidad del éxito de una política de inmigración exclusivamente en medidas de este tipo. De acuerdo con esta filosofía, el plan se ha dividido en varios apartados a lo largo de los cuales se intenta enfocar el problema migratorio desde todos los ángulos posibles.

El primer capítulo de medidas está dedicado a la promoción del desarrollo en Africa. Aquí se incluye el compromiso de abaratar las tasas que gravan la transferencias de remesas y la puesta en marcha de planes para su aprovechamiento en los países de destino; proyectos generadores de empleo en zonas de fuerte migración; la creación de un foro económico y comercial euroafricano; la creación de redes de universidades e institutos africanos y europeos; la instauración de planes que estimulen el retorno de estudiantes e investigadores africanos para paliar la fuga de cerebros y la creación de fondos de microcréditos para apoyar la cooperación de los emigrantes en el desarrollo de sus propios países. Esta última ha sido una propuesta española con excelente acogida y para cuya puesta en marcha el Gobierno ha ofrecido 10 millones de euros.

El segundo capítulo se refiere a la inmigración legal y en él se contempla el compromiso de establecer acuerdos de flujos migratorios que incluyan mecanismos de migración «temporal»; la puesta en marcha de campañas de sensibilización e información sobre las ventajas de la migración legal y los riesgos de la ilegal, y la mejora del sistema de información sobre las necesidades del mercado de trabajo en Europa.

Asimismo, se reforzarán los servicios administrativos en los países de origen a fin de que los emigrantes legales partan hacia Europa con los conocimientos suficientes para afrontar su nueva vida. Los socios europeos han acordado mejorar sus canales de acogida ofreciendo cursos de idiomas y de orientación.

Formación para integrarse

En relación con la inmigración ilegal, todos los países han aceptado el compromiso de la readmisión lo que supone negociar acuerdos tanto bilaterales como regionales. Además, se incluye la puesta en marcha de mecanismos más efectivos para la identificación de los inmigrantes irregulares. En este punto, España ha propuesto la creación de equipos regionales de identificación.

También se plantea el desarrollo de nuevos mecanismos de cooperación policial y judicial con equipos de acción conjunta y un sistema de cruce de datos sobre redes de tráfico de personas, drogas y armas. Esto permitiría la activación de un sistema de alerta temprana inspirado en el existente en Europa.

Asimismo, se sugiere la creación de un presupuesto especial para ayudar a los países que eventualmente se vean enfrentados a una situación de urgencia en materia de inmigración ilegal.

En Rabat se ha acordado además la celebración, en 2006, de una nueva conferencia que tendrá su sede en Trípoli.