África envía cada año miles de inmigrantes a Europa pero menos del 10% entran en pateras

España e Italia se han convertido en los dos principales países receptores de inmigrantes, en lugar de Alemania y Gran Bretaña. Francia aún es un país de acogida, especialmente de marroquíes

La Vanguardia, 11-07-2006

JOSEP PLAYÀ MASETBARCELONA

El número de marroquíes registrados en consulados de todo el mundo ha pasado de 1,5 millones en 1993 a 3,1 en el 2004

- Con el inicio del seiglo XXI se ha producido un cambio en los desplazamientos migratorios europeos, de modo que dos de los países tradicionalmente receptores como Alemania y Gran Bretaña han visto frenado su crecimiento y su lugar ha sido ocupado por España e Italia, que en los tres últimos años han recibido entre 400.000 y 600.000 inmigrantes anuales cada uno. Francia se mantiene aún como un país de acogida y pese a la disminución del número de inmigrantes, según datos facilitados por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, cada año entran ilegalmente entre 80.000 y 100.000 extranjeros.

Las migraciones de ecuatorianos, colombianos y bolivianos hacia España y la de rumanos y polacos hacia Italia, y en menor medida también hacia España, explican en buena parte ese cambio, debido tanto a la crisis económica que viven esos países de origen como a la existencia de una economía sumergida en el sur de Europa que permite encontrar trabajo con relativa facilidad. Esos desplazamientos han tenido un efecto incluso positivo en la economía y en unas sociedad muy envejecidas. Sin embargo, desde esos mismos países y desde Europa se ve con temor la situación en África, donde miles de ciudadanos buscan una ocasión para ir hacia el paraíso europeo y donde las condiciones socioeconómicas en origen mejoran muy lentamente. El continente africano cuenta con 800 millones de habitantes y países como Nigeria, con más de 130 millones. La llegada en esos últimos años de unos dos millones de personas de origen africano a Europa no parece que vaya a frenarse. El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo dijo ayer en la cumbre euroafricana: “Europa no tiene posibilidad de hacer frente a la llegada masiva y desordenada de inmigrantes”. Y a continuación pidió la colaboración de los países africanos de origen y de tránsito en la lucha contra los flujos clandestinos.

Los ciudadanos marroquíes son los que en mayor cantidad siguen abandonando cada año su país. En el último informe del Consorcio Euromediterráneo para la Investigación aplicada a las Migraciones Internacionales señalaba que el número de marroquíes registrados en consulados de todo el mundo ha pasado de 1,5 millones en 1993 a 3,1 millones en el 2004. Francia es el país que cuenta con más marroquíes, pero en España son ya medio millón y representan el principal colectivo. En Italia, son el segundo tras los rumanos y representan un 20% del total, superando ya a los albaneses.

En los últimos años incluso se detectan migraciones de marroquíes hacia Canadá y Estados Unidos.

Pero el temor africano viene del centro y especialmente de la franja de países subsaharianos. En estos momentos, hay tres grandes vías migratorias hacia Europa. Desde el África Oriental (Sudán, Etiopía, Somalia) ascienden hacia el desierto de Libia y de allí intentan cruzar a Italia a través de la isla de Lampedusa. Cáritas de Italia ha recordado sin embargo que estos inmigrantes sólo representan un 10% del total de la inmigración irregular, un porcentaje que en España es aún inferior. Otra vía habitual es la que desde Nigeria y otros países del centro de África se dirige hacia Argelia y de allí a Marruecos para intentar dar el salto a Ceuta y Melilla o directamente a España a través del Estrecho. Y desde inicios de este año se ha consolidado la vía marítima desde Senegal y Mauritania hacia Canarias, una vez que se ha confirmado el aumento de los controles en el Estrecho. Cerca de 12.000 inmigrantes han llegado a las islas Canarias con cayucos. Las costas de Grecia, Malta y Creta registran también la llegada de embarcaciones de ciudadanos egipcios, pero en cantidades muy inferiores.

Sin embargo, como han señalados todas las organizaciones internacionales, son los aeropuertos y fronteras terrestres como la de Nickelsdorf, entre Austria y Hungría, o Algeciras, las principales puertas de entrada de la inmigración a Europa, también para los africanos.

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