Por voluntad propia, Argelia será la gran ausente de la conferencia euroafricana sobre las migraciones, prevista en Rabat los días 10 y 11, una iniciativa conjunta de España, Francia y Marruecos.La conferencia ministerial tiene por objetivos el relanzamiento de la ayuda al desarrollo de los países africanos que pueden prestar los europeos, al tiempo que les pide que cooperen en la lucha contra la inmigración clandestina atizada por las mafias.

El Gobierno argelino ha justificado su ausencia aludiendo al hecho de que, si se habla de inmigración procedente de África, la conferencia tendría que haber sido organizada por la Unión Africana.

Sin embargo, a la cita de Rabat está previsto que acudan al menos 32 países africanos, a los que se unirán los 25 de la Unión Europea, lo que ha llevado a los analistas europeos a interrogarse sobre si la ausencia argelina tendría que ver, más que nada, con su rivalidad tradicional con Marruecos.

Durante los pasados meses, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, expusieron personalmente en Argel las razones por las que se consideraba que la presencia argelina en esa cita sería muy positiva. Sus interlocutores, los ministros Mohamed Bedyaui y Abdelkader Mesahel, persistieron en su rechazo, aunque coincidieron con los españoles en que, aún ausentes, Argel sostendría las decisiones que se tomaran en Rabat porque en la lucha contra la inmigración clandestina no puede haber deserciones ni tonos medios.

Argelia sigue siendo un país de tránsito de las corrientes migratorias subsaharianas que anualmente lanzan al desierto a miles de personas desde sus fronteras con Mali y Níger, con la intención de cruzar su territorio y entrar en Marruecos.