Antonio Carreira Castro lleva medio siglo en Londres. En la capital británica ha fundado una lavandería industrial, un comercio de productos españoles y varios negocios de hostelería, entre ellos una empresa de cátering y dos restaurantes en la calle Portobello, donde trabajan muchos empleados españoles y de otras nacionalidades europeas. «Con la pandemia y la incertidumbre que trajo muchos decidieron marcharse para estar en su país», explica este gallego de Vilalba, al que ahora está resultando muy complicado encontrar con quién reemplazarlos. La nueva y estricta ley de inmigración británica, que se basa en un sistema de puntos, deja fuera a la que hasta ahora había sido la principal fuente de mano de obra de la hostelería en el Reino Unido: muchos jóvenes europeos que aterrizaban en Londres para aprender inglés y empezar un futuro en el país desde abajo.

«Hace unos cinco años cada semana me llegaban mínimo 50 currículos, pero es que ahora no llega nada, estamos asustadísimos. Son miles y miles de personas que nos van a faltar para la hostelería y para toda clase de trabajos, como la construcción», se lamenta. Desde el Gobierno británico aseguran que a partir de ahora todos esos empleos deberán cubrirse con contratados locales, bien británicos o extranjeros que cuenten ya con un permiso de residencia. Pero la falta se está notando ya, a pesar de que los efectos de la pandemia aún están presentes y el país no está recibiendo el turismo que acostumbra.

Otras reglas de juego
«El Reino Unido dejó la Unión Europea y las reglas del juego han cambiado», recuerdan desde la ‘Ventanilla Única del Brexit’ de la embajada española en Londres. A partir de ahora, para conseguir un visado de trabajo se debe contar con una oferta seria en la que vayan a pagar más de 25.600 libras anuales (casi 30.000 euros) y tener al menos un nivel B1 de inglés. Si la oferta es en uno de los sectores donde el Gobierno británico considera que hay escasez de mano de obra (por ejemplo, personal sanitario), algunas condiciones como el sueldo se flexibilizan. La hostelería no entra en esta lista. «Hay ciertas cosas que se acabaron, y quien venga a partir de ahora lo hace con un sistema completamente nuevo, como si hubiera ido a Australia o a EE UU, sin trato de favor por ser comunitario y sometido a una ley migratoria muy rígida», explican desde la embajada.