En la actual legislatura italiana ha habido pocos supervivientes. Uno de ellos es Luigi Di Maio (Avellino, 1986), el exlíder del Movimiento 5 Estrellas y actual ministro italiano de Exteriores. Un cargo que Di Maio ha conservado abandonando las opiniones más anticonformistas de sus inicios, por posturas públicas más europeístas y atlantistas. Con este preámbulo como punto de partida, este sábado, en el marco del 18 foro de Diálogo España-Italia, Di Maio debatirá junto con su homóloga española Arancha González Laya, sobre el futuro de la Unión Europea, un club al que ambos países se han esforzado por enviar un mensaje de unidad, de cara a convertirse en un contrapeso a la influencia de sus socios del norte de Europa. Antes, conversa en exclusiva con EL PERIÓDICO.

-¿Se siente optimista sobre esta alianza? ¿Durará?

-Roma y Madrid sintonizan profundamente sobre múltiples temas europeos: desde las políticas económicas y financieras de la UE, hasta el nuevo pacto sobre Migración y Asilo. Hay que trabajar juntos para crear una Europa más fuerte y compacta para todos, sin rivalizar nunca con otros bloques de países. A nivel personal, la relación con la colega Arancha Gonzalez Laya es de amistad, aprecio mutuo y buena colaboración. Y también permítame decir que nos estamos coordinando con España para favorecer el relanzamiento del proceso de paz árabe-israelí. Lo consideramos fundamental para la estabilidad de nuestro vecindario común.

-¿Cuáles son las próximas citas internacionales en la que se espera que se exhiba la sintonía con España?

-Este año, Italia preside el G-20 y creo que en este foro, en el que España participa como invitado permanente, nuestros países pueden trabajar juntos. Colaboramos también en el marco del COP26 [la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021], donde, en calidad de socios de la presidencia británica, nos hemos comprometido a consolidar los avances obtenidos en la COP25 de Madrid.

-¿En qué sectores cree que Italia y España aún no juegan en el mismo bando y deberían?

-En materia de salud y alimentación, por ejemplo, nuestros países tienen objetivos parecidos, y pueden actuar juntos para promover la dieta mediterránea y un sistema de etiquetas que tutele nuestras excelencias agroalimentarias.

-Italia y España son los grandes beneficiarios de los fondos de la UE Next Generation. ¿Usted lo convertiría en una herramienta permanente?

-Next Generation EU es una herramienta extraordinaria. Pero ahora se está abriendo una fase de desafíos, ya que los Estados miembros tendrán que llevar a cabo reformas e inversiones en un marco de tiempo ajustado, centrándose en la transición ecológica y digital. Nuestros países están llamados a un compromiso mayor, ya que sus planes son más consistentes. De cara al futuro, veremos; está claro que para volver a empezar es necesario un esfuerzo conjunto, así como objetivos y ambiciones que toda la UE debería compartir con unidad.

-Italia ha estado muy activa en Libia. ¿Qué se está renegociando? ¿La rivalidad con París ha sido resuelta?

-Italia es muy activa en Libia y no podría ser de otra manera, dada la proximidad geográfica, la historia común, los intereses que nos unen al país norteafricano y su importancia para la seguridad de toda Europa. En los últimos años, hemos estado en primera línea para favorecer el proceso de Berlín apoyado por la ONU. Este compromiso ha comenzado a dar sus frutos, con el alto el fuego y el inicio del diálogo intra-libio, que ha dado lugar a una nueva autoridad ejecutiva unificada de transición, y elecciones que los libios se han comprometido a organizar para el 24 de diciembre. La coordinación con los demás socios es hoy más necesaria que nunca, y también puedo asegurarle que la alianza con Francia es sólida, como confirma mi visita de marzo a Libia con el ministro de Exteriores [de Francia, Jean-Yves] Le Drian y [el de Alemania, Heiko] Maas.

-Hace unas semanas, un ministro francés dijo que España e Italia “controlan mal” la inmigración.

-Las migraciones no son un desafío solo de los estados fronterizos, como Italia y España, sino que afectan a toda la UE y, por lo tanto, requieren de una respuesta común basada en el principio de solidaridad y reparto justo de responsabilidades.

-¿Está de acuerdo con la propuesta de crear una misión de rescate de la UE en el mar? Este año han muerto tres veces más migrantes en el Mediterráneo central.

-Salvar a quienes corren peligro de muerte en el mar es una obligación de derecho internacional y humanitario. Italia nunca ha fallado en cumplir con esta obligación […] Pero, dada la dimensión del fenómeno migratorio, es necesario un enfoque sistémico de la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo con un aporte concreto de la UE y de sus Estados miembros.

-En el G-7 de Inglaterra, se acordó competir contra China, pero hubo menos unidad en cómo debe ser de agresiva la postura del grupo.

-Con China es necesario mantener un diálogo firme y franco para afrontar con claridad los temas que nos ven distantes y defender los valores democráticos en los que creemos. Al mismo tiempo, el diálogo también debe apuntar a construir las condiciones para involucrar a China en los grandes desafíos globales y tener relaciones económicas equilibradas, basadas en ciertas reglas y una competencia leal.

-Acaba de volver de Ucrania, país que mantiene un conflicto con Rusia y ahora será excluido del gasoducto Nord Stream 2. ¿Está de acuerdo con las sanciones contra Moscú?

-En Kiev, reafirmé la posición italiana de apoyo a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, una solución en línea con los Acuerdos de Minsk. Las sanciones son una herramienta para lograr un objetivo. Somos conscientes de que esto significa pagar un precio y estamos dispuestos a pagarlo para defender los valores fundamentales del derecho internacional. Son mensajes que repetimos constantemente a Moscú, con la que mantenemos abierto el diálogo para que contribuya de forma constructiva a la estabilización de Ucrania.

-¿Está satisfecho del Gobierno de Mario Draghi?

-El Gobierno de Draghi nació con objetivos específicos: derrotar el virus, sacar a Italia de una crisis, y emprender la vía de la recuperación de forma equitativa y sostenible.