«En el 95 % de los casos ayudamos a musulmanes indocumentados»

«Hemos tenido que asumir el papel de investigador porque existe la picaresca en mucha gente que quiere engañarnos»

Diario Sur, 03-07-2006

Fue uno de los protagonistas de la entrega de placas al Mérito Social otorgadas por la Consejería de Cultura. Joaquín González, quien antaño se encargó del área de Educación del Gobierno de la Ciudad, ahora dedica cuerpo y alma a su labor como director de Cáritas Interparroquial, una oenegé católica y de acción social asentada en Melilla desde hace 35 años que tiene como único objetivo la lucha contra la pobreza y lograr la justicia social.

¿Qué supone para Cáritas Interparroquial ser reconocida por su mérito social?

Es un agradecimiento infinito porque esta concesión significa que se reconoce la labor anónima de cientos de personas que, de manera callada y día tras día, se esfuerzan por ayudar y por ser útiles a los demás. A pesar de que conceder esa placa sea un acto muy simple, encierra un gran sentido que aumenta, más si cabe, la satisfacción interior de cada voluntario que, sinceramente, no espera otra recompensa.

¿Cuál es la labor que realiza esta oenegé en Melilla?

Realiza una labor callada que se desenmascara a medida que pasan los días gracias a los medios de comunicación y gracias, también, al reconocimiento de la Ciudad. Así, tenemos los ánimos necesarios para seguir emprendiendo nuevas aventuras, porque cada vez que iniciamos una experiencia se animan personas que, aunque saben que Cáritas existe, desconocen la labor y el esfuerzo que realizamos. En un 95 por ciento de los casos, trabajamos con personas de origen musulmán que vienen indocumentados.

Usted es la cara visible de Cáritas Interparroquial pero ¿cuántas personas dan vida a esta oenegé?

Hay cientos de personas pero, eso sí, de manera más que esporádica. En realidad, cuando surge un problema concreto, no tenemos donde echar mano, porque gastamos mucho tiempo en llamar y pedir colaboración. El voluntariado, a la hora de la verdad, se reduce tanto que somos cuatro o cinco que cargamos con el peso de la labor diaria. No obstante, sí es verdad que el voluntariado es como una pequeña droga, un veneno que te empuja a seguir adelante después de ver las necesidades que existen en la ciudad.

¿Cómo es una jornada en Cáritas Interparroquial?

Todos los días hay trabajo. La característica de Cáritas en Melilla es que se asienta en una ciudad que es frontera con Marruecos, con las consiguientes diferencias culturales y económicas. Por ese motivo, a la sede llegan muchas personas que han logrado burlar la vigilancia y piden amparo, o bien llaman a la puerta pidiendo un lugar donde poder pasar la noche. Se buscan soluciones a muchas personas, pero también es cierto que hemos aprendido a descubrir la picaresca asumiendo el papel de investigador. No te puedes guiar por el corazón, porque sabes que existe la picaresca y nos engañan.

¿Tienen algún tipo de ayuda por parte de profesionales de la Sanidad?

Además de algunos médicos que nos ayudan en casos especiales, contamos con un concierto con una Farmacia para facilitar aquellas recetas médicas que incluyan el sello de Cáritas Interparroquial.

¿Cuál es la reacción que tienen los melillenses cuando llaman a su puerta pidiendo colaboración?

Tengo que agradecer a todo el mundo la ayuda que presta a Cáritas Interparroquial, pero sí es verdad que hay quien apenas siente empatía, juzgando muy a la ligera, sin desear conocer cuál es el problema de aquel que pide ayuda.

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