COVID-19, una prueba moral a nivel global: la respuesta a la población refugiada palestina en Jordania

El gobierno jordano ha pasado la prueba moral garantizando el acceso universal a la vacuna sin discriminar entre sus ciudadanos, refugiados y migrantes

El Diario, Marta Lorenzo, 07-04-2021

El pasado 11 de marzo se cumplió el primer aniversario de la pandemia de COVID-19 y en estos meses la actualidad informativa ha estado dominada por la vacuna y el acceso a ella. El Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres nos recordó recientemente que “la campaña mundial de vacunación representa la mayor prueba moral de nuestros tiempos”. En realidad, la prueba moral va mucho más allá. Tras una pandemia sin precedentes, la campaña de vacunación representa una oportunidad única para la cooperación y solidaridad global de recuperar la normalidad y reducir desigualdades especialmente entre la población más vulnerable, incluyendo la población refugiada.

Hasta ahora, pocos países en la comunidad internacional han estado a la altura del desafío. En Oriente Próximo, más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina siguen, en su gran mayoría, a la espera de la vacuna. En Jordania, que registraba ayer 639.444 casos desde el comienzo de la pandemia, con 6.537 nuevas personas infectadas y 82 fallecidas en un solo día, la sociedad y economía como muchas otras economías en el mundo se ha resentido a consecuencia de la pandemia, afectando a los medios de vida y limitando las oportunidades de empleo, especialmente de aquellos en situación de mayor vulnerabilidad.

Jawaher es una refugiada palestina de 61 años residente en la ciudad de Abu Nusair (norte de Jordania). Recientemente nos contó emocionada su experiencia tras recibir la vacuna en uno de los centros de vacunación que gestiona la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los refugiados Palestinos) en Jordania, en uno de nuestros campamentos de refugiados. Jawaher considera que la vacuna es absolutamente necesaria “para proteger a mi familia y contribuir de forma positiva a luchar contra la pandemia y poder recuperar la normalidad”.

Con una población de aproximadamente 10 millones de habitantes durante más de siete décadas, Jordania ha sido un país de acogida de refugiados, incluyendo 2.4 millones de refugiados palestinos. A estos se le han sumado, en la ultima década, 664.000 refugiados sirios y aproximadamente 18.000 refugiados palestinos de Siria, que se han convertido en doble refugiados, primero de Palestina y luego de Siria. Muchos de ellos se ven obligados a vivir en la pobreza más absoluta, enfrentándose a grandes desafíos en su día a día como por ejemplo tener que elegir entre comer una vez al día o pagar el alquiler.

UNRWA gestiona en Jordania 25 centros de salud primaria, 169 centros escolares y varios centros de formación profesional. Realizamos 1.6 millones de consultas médicas al año y proporcionamos educación a más de 119.000 alumnos. Reconociendo la importancia de las alianzas y cooperación a nivel nacional y global, desde el comienzo de la pandemia, UNRWA ha trabajado de manera conjunta con el gobierno jordano, Agencias de Naciones Unidas, sociedad civil y países donantes para continuar garantizando el acceso a servicios básicos de la población refugiada palestina. Nuestra primera respuesta fue adoptar medidas rápidas para prevenir y evitar la propagación del virus. Adaptamos nuestros sistemas de atención médica, recurriendo a los servicios de telesalud y distribuyendo medicamentos a domicilio a pacientes crónicos para así reducir la afluencia de pacientes en nuestras clínicas y el riesgo de infección. Pusimos en marcha un sistema de educación a distancia que continúa a día de hoy, así como recursos e información para responder a víctimas de violencia de genero.

A pesar de que el sistema de salud esta contra las cuerdas, el gobierno jordano ha pasado la prueba moral con nota, garantizando el acceso universal a la vacuna sin discriminar entre sus ciudadanos, refugiados y migrantes. UNRWA cuenta con 3 centros de vacunación en campamentos de refugiados palestinos, desempeñando junto con el Ministerio de Salud jordano un papel crítico en la protección de la salud pública y vacunación masiva a la población en Jordania.

La adaptación de nuestros servicios para responder a la pandemia no está siendo sencilla, puesto que requiere inversiones adicionales tanto en recursos humanos como equipamiento y disponemos de recursos muy limitados. Necesitamos personal médico adicional, equipamiento de protección y nuevos métodos para poder seguir proporcionando servicios de atención primaria y de educación.

Recientemente hicimos un llamamiento internacional de 38 millones de USD para apoyar nuestra respuesta de emergencia en Jordania. Nuestro éxito para responder a las necesidades básicas de refugiadas como Jawaher, y apoyar al gobierno jordano para frenar la pandemia y el gravísimo impacto socio-económico en toda la población depende en gran medida de la solidaridad individual y global.

Marta Lorenzo es Directora de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados y refugiadas de Palestina en Jordania.

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