Tribuna abierta

Morir en Arguineguín

«¿Cuántas Nabodys existen o se cruzan por nuestras vidas sin que seamos capaces de ver, de sentir, de compadecer, de actuar?»

ABC, Abel B. Veiga Copo, 23-03-2021

Aferrada a un pequeño hilo de vida. Nabody apenas resistió cinco días. La mar la devoró sin que ninguno lo hubiésemos sabido. Incluso antes de nacer. La mar de la miseria, de la pobreza, incluso de los sueños. Acaso, ¿quién ha dicho o sentenciado que un niño no pueda tener sueños? Y entonces ¿quién se los roba y por qué?

Sí, claro que sí, la vida es cruel, injusta. Injustamente cruel. Un bebé de 24 meses muere a pesar de haber sido reanimado en una lucha titánica por enfermeros de Cruz Roja por aferrarle a la vida durante unos días. No puede haber mayor desolación, angustia, incluso rabia. Rabia humana por la incomprensión de la tragedia ante un ser tan

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