«Cuando rodamos 'Sólo son peces' no imaginamos una nominación a los Goya»

Un cortometraje documental producido por la periodista Olatz Alonso, de la Asociación de Amigos de la RASD, está entre los candidatos

El Correo, JUDITH ROMERO, 23-01-2021

La periodista vitoriana Olatz Alonso no tiene experiencia en el mundo cinematográfico, pero el corto que ha producido desde la Asociación de Amigos de la República Árabe Saharaui Democrática ‘Sólo son peces’ ha logrado hacerse con una de las diez nominaciones de los premios Goya a mejor documental. «No nos lo esperábamos pero es todo un regalo, respaldo a un trabajo bien hecho», explica la comunicadora de 28 años.

‘Sólo son peces’ cuenta la historia de Teslem, Dehba y Jadija, tres mujeres que trabajan en una piscifactoría erigida en pleno desierto de Tindouf, en Argelia. Allí es donde reside parte de la población de 170.000 desplazados saharauis desde hace décadas. Están lejos de su tierra y aunque ya no tienen acceso al mar, han logrado criar peces. «Es un proyecto ambicioso con el que estas tres biólogas han logrado suplir la falta de proteína en los campamentos. Cuando descubrimos lo que estaban haciendo supimos que esta tenía que ser la historia del documental», aplaude Alonso.

El cortometraje nace como el objetivo final de ‘Saharaz Blai’, un proyecto de cooperación de la Agencia vasca para el desarrollo. «Queremos fortalecer la gestión de los comités de gestión del agua en los campamentos y Saharaz Blai ayudó a componer el equipo para rodar el documental», señala Alonso. Jóvenes vascos y de los campamentos de Tindouf enviaron vídeos cortos de dos minutos reflexionando sobre el derecho al agua y el conflicto saharaui. Los ganadores fueron Iratxe Aranguren, Henar Echevarría, Mahyub Mohamed y Sidi Brahim Najem. El premio fue rodar un corto en los campamentos bajo la dirección profesional de la bilbaína Ana Serna y la gallega Paula Iglesias con la colaboración de Ahmed Omar, profesor de la Escuela de cine de los campamentos.

El rodaje se llevó a cabo en abril de 2019, época en la que las condiciones meteorológicas ya son bastante duras en Tindouf. «El calor aprieta, las cámaras se recalientan, hay que tener cuidado con la arena… en el equipo todos hablábamos castellano ya que aún perdura desde la etapa colonial, pero rodamos en hassanía, su lengua», resume la periodista, encargada de gestionar los permisos y la logística.

El equipo explicó a Teslem, Dehba y Jadija que esperaban establecer una metáfora de los peces que crecen obligados en la piscifactoría del desierto y la realidad del pueblo saharaui. «Primero nos preguntaron si el documental iba a ser político. Temimos que se echaran para atrás pero por suerte se mostraron a favor y nos lo pusieron fácil», agradece Alonso, quien señala que la comunidad internacional continúa siendo cómplice de la situación de los saharauis.

El cierre de fronteras provocado por el Covid – 19 ha afectado al envío de caravanas y ayuda a los campamentos de Tindouf así como al desarrollo de iniciativas de ayuda internacional. La ruptura del alto el fuego en el Sáhara Occidental también ha complicado la situación, pero desde la Asociación de Amigos de la RASDcelebran que la nominación de ‘Sólo son peces’ a los Goya ayude a visibilizar esta realidad.

«Empezamos a hacer cine porque consideramos que es una herramienta importante para la transmisión de valores. Es una oportunidad para recordar que hay quienes tienen que crear piscifactorías porque les han robado el mar», sentencia Alonso. Al Borde Films, la productora de Serna e Iglesias, se fundó en 2015 con el objetivo de tratar temas sociales. «Tienen un concepto del cine muy parecido al nuestro y por eso nos pusimos en contacto con ellas», reconoce la vitoriana.

El próximo 6 de marzo podrían subirse al escenario a recoger un galardón en la ceremonia de los premios Goya, que se celebrará en Málaga. «Aún no hemos pensado qué vamos a decir si lo ganamos, pero seguiremos trabajando para que los campamentos dejen de tener que existir algún día», promete Alonso, quien trabaja con la diáspora saharaui desde la asociación. «En Vitoria hay una gran comunidad aunque es difícil cuantificarla porque tienen distintos pasaportes», detalla.

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