El tormento de más de 30 residentes de Hoya Pozuelo por el acoso de una vecina

Varios habitantes de este barrio costero denuncian la persecución diaria que sufren a base de insultos amenazas e, incluso, el lanzamiento de huevos y piedras por parte de una mujer de 40 años.

Canarias 7, RONALD RAMÍREZ ALEMÁN , 13-01-2021

La gota que colmó el vaso fue el microinfarto que sufrió un señor de 80 años que vive en una casa colindante a la de la mujer que, supuestamente, es el foco de todos los problemas. Ocurrió hace tan solo unos días, y la víctima tuvo que ser trasladada al hospital en ambulancia por la crisis de ansiedad que le había provocado el incívico comportamiento de una señora que, en palabras de sus vecinos, ha convertido la zona de Hoya Pozuelo en la que residen en un infierno.

Los afectados son más de 30 y conviven en las calles Pasote, Sándalo y Alsandra. Llevan denunciando esta situación desde hace casi un año, pero como las autoridades no les dan soluciones, han decidido unirse y presentar una denuncia colectiva contra esta mujer que, consideran, sufre problemas mentales graves. «Las amenazas e insultos son constantes, nos despierta todas las mañanas a base de martillazos. Moja a la gente con la manguera, nos lanza piedras y huevos, y no deja de acosarnos grabándonos con su móvil», enumera una de las afectadas quien, además, asegura que ha recibido desprecios racistas al ser inmigrante.

Las ambulancias y las patrullas policiales han sido frecuentes en esta zona en los últimos meses, sin embargo, hasta ahora no ha servido para nada. «Nos dicen que debemos denunciar en el juzgado, que es lo que haremos. Parece que hasta que no ocurra algo grave no van a actuar», se quejan los residentes, quienes dicen vivir aterrorizados, sobre todo por la presencia de niños y ancianos en las casas cercanas.

Los altercados incluyen allanamientos de morada y denuncias falsas, puesto que en más de una ocasión ha sido la propia mujer la que ha llamado a la policía para quejarse de sus vecinos. «Hemos tenido que cambiar nuestro estilo de vida para tratar de no molestarla. A partir de las 10 de la noche en mi casa ya no se ve la tele y hasta intentamos evitar bajar a la cocina para hacer el menos ruido posible, pero ni así conseguimos que nos deje en paz», amplía una de las denunciantes, quien suplica ayuda a las autoridades competentes para que ella y su familia, como otros tantos vecinos, puedan dejar de sufrir el enorme grado de estrés y ansiedad que soportan a diario.

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