La Audiencia de Barcelona ha condenado a dos años de prisión a un matrimonio gitano de Pamplona que raptó a su hija para evitar su unión con un hombre casado, con el que se había fugado. La sentencia aprecia como atenuante la «perturbación anímica» de los procesados por la «trascendencia y reprobación» que una relación de este tipo supone para su etnia. La Audiencia de Barcelona ha condenado a dos años de prisión a un matrimonio gitano de Pamplona que raptó a su hija para evitar su unión con un hombre casado, con el que se había fugado. La sentencia aprecia como atenuante la «perturbación anímica» de los procesados por la «trascendencia y reprobación» que una relación de este tipo supone para su etnia.

La sentencia condena a la misma pena de prisión por los delitos de detención ilegal y lesiones, con la agravante de parentesco, al hijo del matrimonio y hermano de la víctima, que también participó en el rapto. Además de los 2 años de cárcel, la Sección Tercera les impone 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad.

Según considera probado el tribunal, no veían bien la relación de su hija con el hombre casado, que era además primo de la chica. Ante los impedimentos a su relación, la pareja decidió huir en noviembre de 2004 a Barcelona, donde se instalaron a vivir en una caravana, aprovechando que los padres de la víctima se habían ido de viaje a Portugal, de donde eran originarios.

Unos días después, el matrimonio y su hijo se presentaron en la caravana para convencer a la víctima de que volviera con ellos. Pero ante la negativa de ella, la golpearon con un bastón, la abofetearon y se la llevaron, contra su voluntad, a Pamplona.

En una parada en el camino, la joven consiguió llamar por teléfono a su jefe para advertirle de lo que había ocurrido y el hombre avisó a la Policía Municipal de Pamplona, que detuvo a los acusados cuando se disponían a entrar en su domicilio familiar.