'Casa ajena': todas las clases de pesadillas

El debutante Remi Weekes sorprende con esta mezcla de drama de migración realista y ejercicio de terror sobrenatural

El Periodico, , 30-10-2020

Por su combinación de las preocupaciones de raza con los escalofríos de género, ‘Casa ajena’ haría buen miniciclo con las dos primeras películas de Jordan Peele, ‘Déjame salir’ y ‘Nosotros’, pero el debut del británico Remi Weekes no es imitativo, sino que plantea una insólita simbiosis del drama de migración con el puro ejercicio de terror sobrenatural.

Sopé Dìrísù y Wunmi Mosaku, revelación de ‘Lovecraft Country’, interpretan a una pareja de refugiados de Sudán del Sur que trata de ajustarse a la vida en una pequeña ciudad inglesa, o para ser precisos, la decrépita y demasiado grande vivienda social que les ha tocado en suerte tras recibir libertad bajo fianza. La casa necesita una mano de pintura y quizá, también, una limpieza de energía: está llena de fantasmas, uno de ellos muy parecido a la chica que los Majur perdieron durante la dura travesía marítima.

En la visión de Weekes, los horrores reales y sobrenaturales se confunden y retroalimentan de maneras tan sugerentes como dolorosas. Hay un punto hacia la mitad del relato en el que el espectador deja de saber a ciencia cierta sobre qué terreno pisa, algo que frustrará a algunos y fascinará a los más tolerantes con la ambigüedad. El director muestra a la vez inteligencia emocional y un claro talento para la creación de imágenes inquietantes, como esa en la que la cámara se aleja de una casi corriente escena de sobremesa para mostrar un pedazo de casa flotando sobre un mar imaginario.

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