Cine para gritar contra las desigualdades

'Sin señas particulares', la historia de una madre mexicana en busca de su hijo desaparecido en la frontera con Estados Unidos, gana el premio Cooperación Española del Festival de Cine de San Sebastián tras competir con otras cuatro películas de mirada social

El País, IÑAKI MAKAZAGA, 29-09-2020

Más de 35 millones de mexicanos viven en los Estados Unidos. Muchos emprenden el viaje a pie a través de la frontera. Lugar que para muchas familias es la última referencia con vida de sus seres queridos. La directora de cine Fernanda Valadez (Guanajuato, México, 1981) caminó por la alfombra roja del Festival de Cine de San Sebastián para contar los riesgos a los que se exponen estos familiares y, en especial, la madre protagonista de su película. Su trabajo le ha valido el premio Cooperación Española por su primer largometraje Sin señas particulares.

El jurado seleccionó por unanimidad la película de Valadez “porque visibiliza a través de la mirada de una madre la fuerza de las mujeres para defender el derecho a saber frente a la impunidad y la desmemoria de la violencia y por transmitir esperanza en la capacidad de las personas para construir un mundo más humano a través de la solidaridad y la empatía”. Así lo describieron en el fallo Lucía Chicote, jefa del Departamento de Cooperación con Centroamérica, México y el Caribe de la Aecid; Fernando San Martín, director general de Cooperación Internacional en el Departamento de Cultura, Cooperación Internacional, Juventud y Deportes de la Diputación Foral de Guipúzcoa, y Cristina Ubani, asesora en proyectos de igualdad y cooperación al desarrollo en entidades públicas y privadas.

Fernanda Valadez, directora de ‘Sin señas particulares’.
Fernanda Valadez, directora de ‘Sin señas particulares’. I. M.
Junto a la ganadora competían otras cuatro películas por un premio dotado en 10.000 euros con el que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) busca respaldar, por sexto año consecutivo, a los productores que apuestan por temáticas comprometidas con los derechos humanos y por llevarlas a cabo generando lazos entre la industria iberoamericana.

Carolina Moscoso, directora de ‘Visión nocturna’.
Carolina Moscoso, directora de ‘Visión nocturna’. I. M.
“México no despertó un día convertido en un asesino en serie”, sentencia Fernanda Valadez desde San Sebastián. “Los 12 años que llevamos de violencia son fruto de un largo proceso en un contexto de pobreza y de tráfico ilegal de todo tipo de mercancías que acaba convirtiendo la vida en otra mercancía más”, explica. Por eso, apuesta con su cine por hablar de empatía tanto con las víctimas como con los victimarios para terminar con “una tensión social que solo genera más violencia”.

Y ofrece en su protagonista la mirada empática de una madre dispuesta a asumir todos los riesgos de la frontera por encontrar a su hijo y dispuesta también a encajar cómo su hijo se ha podido convertir en un nuevo criminal durante el viaje.

El premio impulsa a Valadez a avanzar con su próximo proyecto que continúa con esta historia y busca responder a una nueva pregunta: ¿Cómo un joven en un contexto de pobreza no es capaz de escapar de la violencia? Junto al premio Cooperación Española, también ha recibido el premio Horizontes Latinos dotado en otros 35.000 euros de la edición 68 del Festival.

Preguntas de película: ¿cuánto dura una violación?
Igual de audaz es la pregunta que plantea la directora de cine chilena Carolina Moscoso (Santiago de Chile, 1986) con su película Visión nocturna. Ella también ha caminado durante estos días por la alfombra roja de San Sebastián y ha sido también finalista al premio Cooperación Española. “¿Cuánto dura una violación? ¿cómo puede una mujer continuar después con su vida?”, son las preguntas que plantea con su primer trabajo y con el que ya ha ganado el Gran Premio del FID de Marsella.

La respuesta está en su cine y en su propia vida. Ella sufrió una agresión sexual hace ahora diez años en el contexto de una fiesta en una playa cercana a Santiago de Chile. Cinco años después, terminando los estudios de cine en Barcelona, encuentra la fuerza para contarlo al mundo en forma de película.

Mi cine nace de una necesidad personal. Necesitaba gritar, hablar de algo que nadie hablaba hace unos años: a las mujeres nos violan y después nos hacen sentir culpables de esa agresión

CAROLINA MOSCOSO, DIRECTORA

“Mi cine nace de una necesidad personal. Necesitaba gritar, hablar de algo que nadie hablaba hace unos años: a las mujeres nos violan y después nos hacen sentir culpables de esa agresión”, explica ahora en la zona de prensa del festival. Han sido muchas las mujeres que tras su proyección han ido a hablar con ella durante estos días. “He encontrado en el cine la manera de encajar todo mi sufrimiento y de conectar con mujeres de todo el mundo”.

Su próximo proyecto también está en marcha. Responderá a una nueva pregunta: ¿Qué hacemos con los hombres? “Tras trabajar tanto con las mujeres, cómo podemos acabar con la cultura de la violación de los hombres”, explica. Para eso, acude al archivo personal de un tío suyo policía y gran aficionado a filmar su vida para construir una historia que hable de cómo es la imagen de hombre que proyecta la policía en su país.

De la cañada real a la alfombra roja
Mismo compromiso social desprende la mirada de la directora Isabel Lamberti (Bülh, Alemania, 1987) sin querer renunciar tampoco a pisar las alfombras rojas de los mejores festivales de cine. El sábado pasado alzó el premio Kutxabank – New Directors 2020 por su primera película La última primavera. En ella cuenta la vida de una familia en el barrio madrileño de la Cañada Real y cómo deben encajar que su vivienda sea derruida para ser reubicados en pisos por Madrid. Optó también al premio Cooperación Española.

“Mi cine busca descubrir mundos desconocidos y llevar a los espectadores a caminar por esos lugares para que los viva como un vecino más”. Uno de esos mundos lo encontró hace seis años en las barriadas de chabolas de la Cañada Real en Madrid y, en concreto, en el hogar de la familia Gabarre Mendoza, protagonistas del largometraje y quienes durante 70 minutos nos ofrecen la posibilidad de vivir sus vidas, sueños e inquietudes.

Durante los días del festival la familia Gabarre Mendoza acudió también a San Sebastián. Ilusionados vieron su antigua casa, ahora derruida, en pantalla grande y su propia vida interpretada por ellos mismos. “Se han llenado de orgullo”, reconoce Lamberti quien ya trabaja en el guión del que será su próximo largometraje en torno a las historias de superación que encarnan las mujeres migrantes de América Latina en España.

El resultado de ese viaje, al igual que el de Moscoso y Valadez, así como el de restos de finalistas de este año, habrá que esperar un tiempo para descubrirlos.

Eduard Crespo y Romina Escibar, director y protagonista de ‘Nosotros nunca moriremos’.
Eduard Crespo y Romina Escibar, director y protagonista de ‘Nosotros nunca moriremos’. I. M.
El duelo de una madre protagonizado por una actriz trans
El director argentino Eduardo Crespo (Crespo, Argentina, 1983) ha vivido el último Festival de Cine de San Sebastián con una sonrisa permanente. Está feliz. “Estar aquí es un sueño”, asegura. Y no le faltan motivos. Ha competido por primera vez en la Sección Oficial y también en el Premio Cooperación Española con una película que rinde homenaje al pueblo en el que nació en la Argentina rural y a sus gentes. Tras la presentación de su película Nosotros nunca moriremos acude a cumplir su segundo sueño: trabajar desde Europa.

La película cuenta la historia de una madre que acude al interior de Argentina a recoger el cuerpo sin vida de su hijo, muerto recientemente. La protagonista la encarna Romina Escobar (Buenos Aires, 1974), actriz trans quien tampoco puede dejar de sonreír. “Estaba cansada de interpretar siempre papeles de trans alcohólicas, viciosas y marginales. Con este papel rindo homenaje a todas las mujeres de Argentina a las que admiro y que tanto han aportado en mi vida”, explica también con una gran sonrisa desde San Sebastián.

LAS FINALISTAS AL PREMIO COOPERACIÓN ESPAÑOLA:
Sin señas particulares, directora: Fernanda Valadez (México). Sección Horizontes Latinos. Premio Cooperación Española 2020 y Horizontes Latinos 2020.

Visión nocturna, directora: Carolina Moscoso (Chile). Sección Horizontes Latinos.

Nosotros nunca moriremos, director: Eduardo Crespo (Argentina). Sección Oficial.

La última primavera, directora: Isabel Lamberti (Holanda – España). Sección New directors. Premio New Directors 2020.

Todos os mortos, directores: Caetano Gotardo y Marco Dutra (Brasil – Francia). Sección Horizontes Latinos.

“Otro cine es posible con otras historias, ritmos y personajes”, zanja Crespo junto a Escobar en la parte trasera del Kursaal donostiarra con ganas ambos de encontrar aliados nuevos para dar vida a nuevos proyectos.

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