Sociedad. Inmigración

Refugiados, invidentes y con estudios ... pero "atrapados" en Ceuta

La Vanguardia, Redacción. Rafael Peña, 21-09-2020

Ceuta, 19 sep (EFE).- Sus historias parecen un calco pero son realidad: son jóvenes, universitarios, invidentes, refugiados y todos ellos están “atrapados” en Ceuta, donde llevan más de un año viviendo a la espera de poder salir del limbo en el que están sus vidas.

La historia se corresponde con cinco jóvenes marroquíes que hace un año cruzaron la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos para no volver nunca más a su país y buscarse un futuro mejor en la península, ante la falta de salidas en la tierra que los vio nacer.

Se trata de Ilyas Abghouni, Soulaman Achrif, Youness Debboun, Soufiane Charif y Zacarias Benjna, los cuales no sólo comparten nacionalidad, sino también una discapacidad que les condiciona enormemente: los cinco son invidentes.

Desde que entraron en Ceuta están viviendo en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y lo que esperaban que fuera un paso fugaz por estas instalaciones se ha convertido en un año sin respuestas oficiales para atender su solicitud de refugiados políticos.

Los cinco jóvenes piden viajar a la península para trabajar en un lugar inclusivo ya que aseguran que el CETI no está acondicionado para personas con su discapacidad y, además, se trata de un centro donde conviven con otros 350 inmigrantes subsaharianos, argelinos y marroquíes.

Ilyas Abghouni, uno de estos jóvenes, de edades comprendidas entre los 19 y los 28 años, ha explicado a Efe que esta semana se han concentrado ante la Delegación del Gobierno para pedir salir a la península.

Y todavía conservan unas pancartas, realizadas por otros compatriotas, donde escribieron mensajes como: “España nos ha protegido. Eres la única esperanza que tenemos”, “Queremos vivir con la dignidad que pedimos en nuestro país”, “Nos salvaron. Basta un año de sufrimiento en el centro de refugiados”, “Exigimos que seamos deportados de este centro que no es compatible con la condición adecuada para las personas con discapacidad” y “Somos refugiados invidentes que llevamos un año en el CETI”.

Dos de estos marroquíes tienen terminada la carrera de Fisioterapia, uno tiene la de Derechos Humanos y otros dos estudian Literatura Inglesa.

“Sólo queremos irnos a la península porque pasamos mucho tiempo en el CETI sin poder salir. Vamos juntos a todos los sitios porque nos ayudamos” ha explicado Ilyas, convertido en el portavoz de sus compañeros.

Los cinco marroquíes aseguran que el CETI no se adapta a su situación como personas con diversidad funcional y, mucho menos, están adaptados a su discapacidad visual. “Nosotros somos invidentes y tenemos que limpiarnos nuestras habitaciones. Un día, uno de mis compañeros se clavó el palo del cepillo de barrer en el ojo y tuvieron que operarlo de urgencia”, ha puesto como ejemplo de sus penurias.

Ilyas Abghouni cuenta que cuando salen a pasear se agarran del brazo y empiezan su camino, ayudados por dos bastones.

“Queremos ir a la península, pero con ayuda, porque no podemos ir solos, aunque aún no nos han aprobado la solicitud de asilo: Solo nos dicen que tenemos que esperar y tres de mis compañeros llegaron en septiembre de 2019 y yo y otro más lo hicimos en octubre de 2019, mucho tiempo”, se ha quejado.

“Hemos sufrido mucho en Marruecos y estamos en España para buscar una oportunidad porque es un país donde se respetan los derechos humanos y a las personas con discapacidad”.

Han asegurado que algunas organizaciones sociales han escuchado su caso, “pero no pueden hacer nada” por ellos porque no tienen la nacionalidad, motivo por el que esperan que alguna asociación atienda su petición y puedan ser reclamados para viajar a algún lugar de la península.

Mientras tanto, fuentes de la Delegación del Gobierno han informado a Efe de que la solicitud de asilo ya ha sido cursada y que está siguiendo los trámites pertinentes.

Y mientras llegan los papeles, estos cinco jóvenes marroquíes seguirán soñando con un futuro mejor.

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