Inmigración. Arraigo

La paradoja de la inmigración: buen arraigo a pesar de los empleos precarios

La Vanguardia, Redacción, 16-09-2020

Madrid, 15 sep (EFE).- La realidad de la inmigración en España muestra la paradoja de unos “buenos” niveles de arraigo que no se traducen en una integración económico-laboral puesto que sigue ocupando los empleos más precarios con unas retribuciones medias por debajo de la de los nativos, a pesar de su buena formación.

Son algunas de las conclusiones del informe “Un arraigo en el alambre” que han presentado este martes Cáritas Española y la Universidad Pontifica Comillas y que analiza el proceso de integración de los cerca de ocho millones de inmigrantes que viven en España y que vuelve a incidir en que este colectivo es un “contribuidor clave” al estado de bienestar.

El informe destaca la “fuerte” concentración de la inmigración en torno al origen marroquí y latinoamericano (este último alcanza el 41 % del total).

Constata que la inmigración es un “elemento estructural” a la sociedad española y “estrechamente ligado” al modelo económico español, mostrándose como “un fenómeno necesario para nuestra economía”, tal y como ha explicado Daniel Rodríguez de Blas, técnico del Equipo de Estudios de Cáritas en una rueda de prensa.

La población inmigrante en España es joven, con una media de 36 años, frente a la de 44 de los nativos, y solo el 8 % supera los 65 años (en España esa cifra aumenta al 22 %), pero, además, tiene un nivel de estudios similar al de los nacidos aquí.

Así, el 20 % de los extranjeros cuenta con estudios universitarios, un porcentaje que en los nativos es del 29 %, según ha afirmado el experto de la Universidad de Comillas Juan Iglesias.

Los datos también muestran el “fuerte” arraigo de los inmigrantes en España, y es que han apostado por quedarse, de forma que la mitad lleva más de 15 años viviendo en el país, y uno de cada tres son ya españoles. Otro dato significativo es que el 23 % de las parejas es mixta entre una persona inmigrante y una nativa, y el 27 % de los nacimientos en España, sin contar a los nacionalizados, es de padres extranjeros.

En promedio, cada inmigrante cuenta con casi cuatro parientes viviendo en España 3,76, la mayoría concentrados en el hogar, y, de media, casi un hijo por hogar, 0,88.

El 62 % tiene intención de quedarse en España, un porcentaje que es superior entre las mujeres (64 %) que entre los hombres (59 %), y el 94 % se siente acogido.

Sin embargo, la mayoría de la población inmigrante se concentra “en la parte baja de la estructura social española” y su salario medio es inferior al de la población nacida en España.

La mayoría (el 75 %) desempeña ocupaciones obreras: un 17 % trabajos de cuidados, un 42 % otras ocupaciones elementales como peón, camarero o ayudante de cocina, entre otros, y un 16 % empleos obreros cualificados.

Solo el 25 % ocupa puestos de cualificaciones medias y altas.

Asimismo, el 73 % está “expulsado” de la Norma Social de Empleo (NSE) básica y nuclear de nuestras sociedades, contrato indefinido a jornada completa, según el informe.

“Se da la paradoja que se expresa en buenos niveles de arraigo y malos de integración económico-laboral, es decir, llevan muchos años conviviendo con fuerte asentamiento familiar y dominio del idioma y sin embargo siguen ocupando los peores puestos de trabajo y las menores retribuciones”, ha incidido Rodríguez.

Esta situación “justificaría”, según Rodríguez, que los inmigrantes utilizaran más los recursos de protección social del estado de bienestar pero “lejos de prejuicios estereotipados, los datos lo niegan” ya que solo el 4,3 % obtiene algún tipo de protección.

“Los inmigrantes no solo no abusan de los sistemas de protección sino que son un contribuidor clave” al ser más jóvenes, mayores tasas de natalidad y menor uso de servicios como la sanidad, y además son activos.

El estudio también hace hincapié en que a pesar de la “coexistencia tranquila” en los barrios populares entre la población inmigrante y nativa hay un “profundo malestar social” por el aumento de la precariedad y del “deterioro de las oportunidades vitales en la última década”.

“Un malestar social que, en cualquier momento, puede verse etnificado” y, en este sentido, los autores del informe destacan que algunos partidos en las últimas elecciones han “roto” el consenso de la Ttansición “señalando a la población inmigrante como responsable de la cuestión social”.

Por eso, Cáritas ha hecho un llamamiento para que ese consenso “no se rompa”.

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