Marlaska viaja a Argelia para tratar de frenar la ola de pateras

En el primer semestre, según Frontex uno de cada dos inmigrantes procedió de ese país

ABC, L. L. C., 11-08-2020

Lo certifica Frontex en su informe del pasado junio: de los aproximadamente 4.500 inmigrantes que se registraron en España durante el primer semestre, uno de cada dos era argelino, nacionalidad que ya supera con mucho a los marroquíes en la ruta marítima que une el norte de áfrica con nuestro país. Y eso que en junio no había comenzado la temporada alta para los que huyen de Argelia, el periodo entre agosto y octubre en que, como ocurre desde 2017, sus pateras se lanzan rumbo al levante español, muchas acaban desviadas a Baleares como sucedió el último fin de semana de julio.

En apenas 24 horas, dentro de lo que pareció una operación orquestada por las mafias para desbordar los medios de vigilancia, se interceptaron decenas de pateras con 800 ocupantes a bordo, 454 de ellos en aguas o las costas murcianas, donde ya en 2017 una avalancha de este tipo obligó a abrir la entonces aún sin estrenar cárcel de Archidona para alojarles. Y a llamar a la embajadora argelina para abordar de urgencia la situación. Ahora ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien ayer se desplazó a Argel para reunirse con el presidente, Abdelmadjid Tebooune; con su homólogo, Kamel Beldjoud y con el titular de Asuntos Exteriores, Sabri Boukadoum, y analizar lo que los territorios receptores valoran en términos de crisis.

Sin detalle
«Reforzar la cooperación bilateral en materia de Interior» es todo el mensaje que ha trasladado del Ministerio como resultado de esta visita. Lo ha hecho un comunicado protocolario sin mayor contenido, en el que nada se dice acerca de si España ha comprometido o no nuevos recursos económicos o materiales a Argelia para que colabore en el freno a esta inmigración disparada. Sí constata Grande-Marlaska que para gestionar los flujos migratorios en el Mediterráneo de forma adecuada «es necesario adoptar medidas preventivas», sobre las que tampoco se hace precisión alguna, y que tradicionalmente han consistido en aportar dinero para desarrollo en países emisores para que generen riqueza propia capaz de retener a sus poblaciones. Al respecto, Beldjoud fue más explícito: «Argelia sufre este problema (la inmigración ilegal) y busca potencial financiero y humano importante para combatir el fenómeno».

A pesar de la oleada, Marlaska ha destacado en este viaje «la buena cooperación en materia de lucha contra inmigración irregular y contra las redes de tráfico de personas», que se entiende que ha ido a peor después de que la precariedad en ese país se agudizara en febrero de 2019 con las protestas que en abril lograron la dimisión del histórico presidente Abdelaziz Buteflika.

La instabilidad de Argelia también la hace vulnerable a la embestida yihadista, concentrada en el asentamiento del «Frente de apoyo para el Islam y los Musulmanes» (Jamaat Nusrat al-Islam wal Muslimeen, JNIM)», de la órbita del Daesh, al límite de su frontera sur, en el amplio territorio desértico que constituye el norte de Malí y el noroeste de Níger, totalmente fuera del control de los gobiernos de los respectivos países. Precisamente el domingo, seis ciudadanos franceses y sus dos guías locales eran asesinados a tiros en las cercanías de una reserva de jirafas situada a unos 50 kilómetros al sur de la capital, Niamey.

La presión yihadista
Este grupo islamista fue autor en 2019 de al menos tres intentos de masacre contra las tropas españolas desplegadas en África. Se trata del conocido ataque con coche bomba en febrero a la base de Koulikoro (Mali), otro frustrado de similar naturaleza en el mismo centro en junio y el último, hace un año contra unas instalaciones del Ejército en la localidad de Gao, de cuyo aeropuerto apenas media hora antes acababa de despegar un avión militar español, según figura en el Balance sobre el Terrorismo en España 2019 hecho público recientemente por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

En relación con el yihadismo, Grande-Marlaska también subrayó la importancia de la cooperación entre Europa y Argelia, al tiempo que destacó el compromiso de todas las partes «con Níger, con el conjunto del Sahel, en la lucha contra todas las organizaciones y la criminalidad organizada».

Este ha sido el tercer viaje oficial de Grande-Marlaska a Argelia desde que se hizo cargo de la cartera de Interior. El anterior fue el 28 de noviembre de 2019. El ministro retoma con esta visita su agenda internacional. Ha realizado desde junio de 2018 viajes oficiales para estrechar la cooperación en la lucha contra las mafias que trafican con personas a Marruecos (en cuatro ocasiones), Argelia, Mauritania, Guinea Conakry, Senegal, Gambia, Costa de Marfil y Ghana.

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