Denunciados nuevos casos de abusos policiales en París

El ministro del Interior se reunirá con la dirección de la policía para abordar la situación

El Periodico, IRENE CASADO, 30-07-2020

Humillaciones, insultos homófobos y racistas, privación de agua y alimentos, negación de asistencia médica… La lista de vejaciones es larga y alarmante, especialmente cuando todas ellas habrían ocurrido en las celdas del Tribunal de Gran Instancia de París, y fueron protagonizadas por miembros de las fuerzas del orden. Indignado por la inacción de sus superiores, Amar Benmohamed, general de brigada de la Policía Judicial, decidió denunciar esta realidad ofreciendo su testimonio al diario ‘StreetPress’. Su relato se suma a los múltiples casos de violencia policial que indignan a la opinión pública y desgastan la imagen de las fuerzas del orden francesas.  

Un total de 120 celdas sin luz natural dan cobijo a los detenidos antes y después de presentarse en la sala del Tribunal de Gran Instancia. 200 funcionarios de policía se encargan de vigilar día y noche dichas instalaciones. Desde la primavera de 2017, los calabozos de la alta instancia judicial se habrían convertido en una zona gris donde los derechos de los detenidos se violarían repetidamente y con total impunidad.

“Fue el inicio de las promociones de Valls [dado que Manuel Valls era entonces primer ministro]”, explica Amar Benmohamed. Según el brigadista, en aquella época una parte de los agentes más experimentados fueron mutados y reemplazados por policías recién graduados. "Ingresaron en el Cuerpo de Policía en respuesta a los ataques [los atentados terroristas de noviembre de 2015]. Para decirlo sin rodeos, algunos están ahí para defender el Occidente cristiano en peligro. El nivel de racismo es bastante elevado", confirma un alto mando al diario ‘StreetPress’. 

“Cierra la boca, sucio moro”, “sucia raza”, “sucio gay”, “yo les tiraba a todos al Sena”, “si fuera por mí, le cortaría la garganta y le dejaría desangrarse”. Según Amar Benmohamed, estos comentarios, a cada cual más violento, formarían parte de la dinámica habitual de varios funcionarios de policía encargados de mantener el orden en los calabozos del tribunal parisino.

Dichos agentes no se conformarían únicamente con insultar y humillar a los detenidos, además les privarían de manera recurrente de agua y alimentos durante horas e incluso noches enteras. En su denuncia, el brigadista asegura que ciertos funcionarios tendrían como costumbre escupir en las bandejas de comida. Algunos de ellos, harían creer a los detenidos musulmanes que la comida contenía carne de cerdo, con el objetivo de que ellos mismos se privasen de comer.  

Una serie de vejaciones que concluiría con la privación de asistencia médica. “Cuando los detenidos pedían ser examinados por un médico [tras un altercado con un agente] el agente o los agentes implicados mentían diciendo al detenido que el médico pasaría a la mañana siguiente, mientras que escribían en el informe que el acusado rechazaba el examen médico”, escribe Amar Benmohamed en un informe dirigido a sus superiores para denunciar estas conductas ilícitas.   

A pesar de sus múltiples alertas y un informe detallado con fecha de 12 de marzo de 2019, no se decretó ninguna sanción contra los agentes implicados. Solo tras la publicación del relato de Amar Benmohamed, el lunes 27 de julio, la Prefectura de Policía notificó varias sanciones administrativas contra seis policías. Por su parte, la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) ha anunciado la apertura de una investigación por “violencia deliberada por parte de personas que ocupan un cargo de autoridad pública”, “insultos públicos por motivos de origen, etnia, nación, raza o religión” e “insultos públicos por motivos de sexo u orientación sexual”. 

A la tardía reacción de las autoridades competentes, se suma el malogrado comentario del ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien, el martes 28 de julio, afirmó “atragantarse” cuando escucha hablar de “violencia policial”. En el ojo del huracán, Darmanin se reunirá este fin de semana con la directora de la IGPN para aclarar la impunidad que hasta ahora planeaba sobre estos abusos. 

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)