Trump alaba el muro con México porque ha evitado a EE UU una «inundación» de coronavirus

Tras la visita de López Obrador, carga contra la migración ilegal, Cuba y Venezuela mientras soslaya la catástrofe sanitaria

Diario Vasco, MIGUEL PÉREZ, 13-07-2020

Donald Trump hizo bueno en su visita a Florida el refrán de que en tiempo de higos, no hay amigos. En plena vorágine electoral y apenas dos días después de reunirse con Andrés Manuel López Obrador en la Casa Blanca y anunciar la «gran amistad» que le une con el presidente mexicano, el dirigente estadounidense agradeció durante un mitin la existencia del muro fronterizo entre los dos países para evitar a EE UU una «inundación» de casos de coronavirus. De paso, el líder republicano dejó claro que, en política, las verdades siempre son relativas. Y también miserables. En México «sí lo están pasando mal», lamentó, obviado que Estados Unidos volvió el viernes a registrar un récord de contagios diarios (65.305), ha rebasado los 3,1 millones de enfermos y han fallecido 133.900 personas.

Trump viajó el viernes a Florida dentro de una estrategia electoral que le está llevando a multiplicar sus actos públicos con el objetivo de recuperar popularidad, combatir con verbo una realidad económica y sanitaria extrema y compensar el tiempo perdido durante los meses en que el Covid-19 eliminó la posibilidad de celebrar mítines. La elección de Estado no fue casual. En Florida el presidente acaba de verse rebasado en las encuestas electorales por su contrincante, el demócrata Joe Biden, con el que se disputará el Despacho Oval en noviembre, y el territorio se ha convertido en un ejemplo de lo mal que va la desescalada en el país. Parecía necesario, por tanto, dejarse caer por allí sin mostrar miedo para subrayar que las cosas no están tan mal.

Trump conmuta la pena de cárcel de su excolaborador Roger Stone
Trump conmuta la pena de cárcel de su excolaborador Roger Stone
EFE
Así que acudió a agitar al exilio cubano y venezolano dijo tener «bajo control» a ambos países, lo que este sábado le valió la crítica de sus gobiernos, alegrar la tarde a los sectores conservadores confirmó que a finales de agosto celebrará allí su designación oficial como candidato republicano y visitar la base del Comando Sur de las Fuerzas Armadas, responsable de las operaciones militares estadounidenses en el Latinoamérica. Su consejero de Seguridad confió a la audiencia que Trump pregunta cada mañana por Venezuela y el propio mandatario enfatizó en relación a Cuba que él no es amigo de los Castro como su predecesor, Barack Obama, o Joe Biden.

El hombre que hace cuatro días se definía como un «cuate» con López Obrador consideró que los 320 kilómetros de muro construidos hasta ahora entre EE UU y México para detener la migración ilegal han sido «cruciales» porque «los números de los que entran por la frontera sur son ahora muy, muy pequeños». Dijo que espera continuar con las obras hasta superar los 600 kilómetros de una barrera de hormigón que ha sido «especialmente» importante con el Covid-19. «Ha resultado muy provechoso para nosotros tener el muro, pues podríamos haber sido inundados porque ellos sí que tienen graves problemas señaló en su alocución del viernes (madrugada de este sábado en España). Hay dos cosas que nunca cambian: muros y ruedas. Funcionan». Pese a la carga de profundidad contra su vecino del sur, el dirigente estadounidense recordó la «fantástica» labor realizada en México por el «gran caballero» López Obrador.

Una vía para los ‘dreamers’
La migración también fue protagonista de una entrevista en la cadena Telemundo, donde anunció su intención de impulsar un decreto para que los denominados ‘dreamers’ jóvenes llegados al país de forma irregular junto a sus padres cuando eran niños puedan obtener la ciudadanía estadounidense. Este colectivo, formado por unos 700.000 ciudadanos, se benefició hasta 2017 de un programa firmado por Obama que les otorgaba protección legal, pero que Trump anuló al llegar al poder. El pasado mes, un tribunal tumbó esta cancelación.

En lo que no se extendió el líder republicano fue en la gravedad de la pandemia, de tal calibre que algunas autoridades sanitarias empiezan a considerar que sería difícil de eliminar incluso con una vacuna dada su extensión y progresión. El principal asesor del país, Anthony Fauci, había dicho unas horas antes que la gestión de la epidemia en Florida y Texas no se había «hecho bien». Trump se fue entonces al epicentro del infierno tras comentar que Fauci «es un buen hombre que ha cometido muchos errores».

Eso sí, su equipo ha explicado que empezará a usar mascarilla algo que ha rechazado reiteradamente, quizá para empatizar con las víctimas, por lo apretado de su agenda pública o por el ejemplo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, otro dirigente que ha minimizado la importancia del coronavirus hasta haber enfermado esta semana.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)