"Los compañeros de trabajo nos tratan muy bien; nunca nos hemos sentido discriminadas"

Diario de Noticias, 12-06-2006

pamplona. A todas les unía una pasión: la conducción, pero nunca se habían planteado dedicarse a ello profesionalmente. Sin embargo, la llamada del INEM para participar en el curso Mujeres sobre Ruedas no les intimidó. Esto es lo que les ocurrió a las conductoras de villavesa Maite Beorlegui Lorente y Maika Morales Huertas, y de la conductora de camiones de obra, Maribel Olave Villaron.

La pamplonesa Maribel Beorlegui, de 43 años, casada y con tres hijos de 20, 19 y 14 años, es la veterana y las más experimentada. Lleva dos años y medio conduciendo una villavesa a diario. Bueno, una no, varias; porque cada día trabaja en un línea diferente. Esta educadora social nunca se había planteado dedicarse a esta profesión. “No se te pasa por la cabeza, pero cuando me llamaron del INEM se me abrió una puerta nueva y no me lo pensé”, apunta Beorlegui, una de las integrantes de la primera promoción del programa Mujeres sobre ruedas .

Gracias a ella y al resto de sus compañeros, la integración de las nuevas mujeres procedentes de las otras dos promociones ha resultado mucho más sencilla. Así lo afirma Maika Morales, de 33 años y madre de dos hijos de 5 y 3 años. Esta pamplonesa terminó el curso en noviembre y, en un mes, ya estaba trabajando. “Estoy encantada con el trato, tanto de las chicas como de los chicos. Nos apoyan en todo momento, por ejemplo, yo peso poco y para mover el asiento le pido ayuda. Nunca me han hecho sentirme de menos”, asegura Morales.

Su compañera en el curso, Maribel Olave se decantó por la conducción de camiones. “Empecé con un camión con pluma, pero ahora he cambiado. Trabajo en las obras, llevando las cargas…”, explica Olave. El mundo en el que trabaja esta joven de 29 años es aún más masculino que el de las villavesa. Quizá por eso, aunque Olave considera que le respetan, alguna vez ha tenido que aguantar algún comentario machista . “¿Ya podrás cargar tu sola? ¿te ayudo?’ Yo les digo si queréis antes terminaré, pero sino ya lo haré”, cuenta Olave que reconoce que para su trabajo es necesario tener fuerza física. Morales interviene: “Es que se tienen que realzar, a un tío le ayudaría y ya esta, pero si eres tía parece como si te estuvieran haciendo un favor”.

Las dos conductoras de villavesa aseguran que, en alguna ocasión, han tenido que escuchar comentarios desafortunados de boca de los usuarios. “Venga, bonita, que llegas 3 minutos tarde. Eso, por ejemplo, no se lo dicen a un tío”, dice Morales. Su compañera de trabajo, Beorlegui añade: “A todos se nos ha roto algo alguna vez, pero si le pasa a una chica te dicen: ’No te va el bus, ¿ya vas a saber a que tecla dar?”.

conciliación Para muchas de las mujeres que realizan el curso la posibilidad que ofrecen estos trabajos de conciliar la vida laboral y familiar es un punto a favor. “Yo, por ejemplo, trabajo de 6 a 10 y otra compañera de 10 a 2, así cubrimos las horas”, cuenta Morales.

Todas están contentas por la oportunidad que les ha brindado este curso, que consideran necesario. Una necesidad, que sin embargo, creen que no debería darse. “Tendría que ser natural, y no algo excepcional”, reflexiona Beorlegui.

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