Birmania. Conflicto

HRW denuncia la destrucción de un pueblo durante guerra civil en Birmania

La Vanguardia, Redacción, 26-05-2020

Bangkok, 26 may (EFE).- Un pueblo fue arrasado, con la destrucción de al menos 200 edificaciones, en el estado birmano de Arakan (Rakáin), escenario de un encarnizado conflicto entre las Fuerzas Armadas y la guerrilla etnonacionalista del Ejército de Arakan (AA), denunció este martes Human Rights Watch (HRW).

La organización de defensa de los derechos humanos ha revelado imágenes tomadas por satélite el pasado 16 de mayo que muestran la destrucción de la población de Let Kar, después de que, según testigos presenciales, un grupo de soldados del Ejército birmano entrara en el pueblo, aunque la responsabilidad por la destrucción aún no ha sido determinada.

“El fuego en el pueblo de Let Kar tiene todas las marcas de los incendios provocados por los militares en pueblos rohinyás en años recientes. Se necesita urgentemente una investigación creíble e imparcial para averiguar qué ocurrió, castigar a los responsables y dar compensaciones a los damnificados”, señaló Phil Robertson, subdirector de HRW para Asia, en un comunicado.

La guerra entre las Fuerzas Armadas birmanas y la guerrilla del AA ha sumido gran parte del norte de Arakan, estado situado en el oeste del país, junto a la frontera con Bangladés, se ha cobrado centenares de vidas y ha desplazado de sus hogares a unas 157.000 personas, según datos de la ONU.

El AA fue creado en 2009 por un grupo de estudiantes de la etnia Rakáin, predominantemente budista y mayoritaria en Arakán, para luchar por la autonomía del estado, como tantos otros grupos armados que representan a minorías étnicas del país, muchos de los cuales llevan luchando contra el Gobierno central desde la independencia de Birmania en 1948.

El conflicto se recrudeció enormemente en enero del año pasado, cuando el AA, que fue designado como una “organización terrorista” el 23 de febrero de este año, intensificó sus ataques contra las fuerzas de seguridad birmanas.

Sólo otro grupo de las decenas que operan en Birmania está actualmente clasificado como terrorista por el Gobierno: el Ejército Rohinyá de Salvación de Arakán (ARSA), que se alzó en armas para luchar por los derechos de la minoría predominantemente musulmana rohinyá, a los que las autoridades niegan la ciudadanía y califican como “inmigrantes bengalíes”.

Después de una serie de ataques de ARSA en agosto de 2017 en el norte de Arakán, el Ejército birmano lanzó una brutal campaña militar tras la que la mayoría de la población rohinyá, más de 730.000 personas, huyó a la vecina Bangladesh, por la que los militares y el Gobierno se enfrentan a una acusación de genocidio en la Corte Internacional del Justicia (CIJ) en La Haya.

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