Una tarjeta con dinero en efectivo marca la diferencia para los refugiados sirios en Turquía

El programa del PMA financiado por la UE ha impedido que 1,7 millones de refugiados sirios cayeran en la pobreza

La Vanguardia, Redacción, 11-03-2020

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Una simple tarjeta supone la diferencia entre que un niño refugiado sirio continúe sus estudios, no tenga que trabajar o reciba una alimentación adecuada. Desde su creación en 2016 la Red de Seguridad Social de Emergencia (ESSN, por sus siglas en inglés) ha evitado que 1,7 millones de refugiados sirios en Turquía caigan en la pobreza.

El programa, financiado por la Unión Europea e implementado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en colaboración con el Gobierno de Turquía y la Media Luna Roja, se encarga de proporcionar asistencia en efectivo todos los meses a los refugiados más vulnerables a razón de 19 euros por miembro de la unidad familiar, además de recargas adicionales en función del tamaño de la familia. Con ella, los refugiados pueden sacar dinero de cajeros o pagar directamente en los establecimientos.

“El ESSN ha ayudado a impedir que 1,7 millones de refugiados vulnerables caigan en la pobreza”, resume el director del PMA en Turquía, Nils Grede, en declaraciones a Europa Press. “Les ha dado cierta estabilidad financiera y con ella cierta esperanza de una vida mejor para ellos y sus familias”, añade.

Los cambios son palpables. Según los sondeos efectuados por el PMA entre mayo de 2017 y septiembre de 2019, “las familias que reciben este apoyo toman una dieta nutritiva y variada, son capaces de pagar su alquiler y servicios”, explica Grede, resaltando que “también han disminuido el número de familias en las que los hijos trabajan y ha habido una reducción en la tendencia de las que sacan a sus hijos de la escuela para ahorrar dinero”.

En concreto, el porcentaje de quienes pueden cubrir sus necesidades ha pasado del 25,5 por ciento al 62,7 por ciento, mientras que las familias cuyos hijos trabajaban se han reducido del 22 al 13 por ciento y las obligadas a sacar a los niños de la escuela han caído del 16,5 al 7 por ciento. Además, las familias obligadas a recortar el gasto en salud para ahorrar dinero cayeron en un tercio, pasando del 44 al 29 por ciento.

Por otra parte, el 97 por ciento de las familias beneficiarias aseguran tener ahora acceso a una alimentación nutritiva y diversificada.

“LA TARJETA NOS HA AYUDADO MUCHO

“La tarjeta ESSN nos ha ayudado en muchas cosas. Por ejemplo, durante el invierno, hemos podido calentar la casa y comprar ropa para los niños y para nosotros”, relata Amira, una refugiada siria que vive en Turquía con su marido y sus tres hijos. “También nos ayudó a comprar verduras, comida y leche para los niños. Esta tarjeta nos ha ayudado mucho. Nuestra vida será mejor mientras la podamos utilizar”, asegura.

Como resalta Gerde, el ESSN es un proyecto “único por varios motivos”. En primer lugar, explica, porque se trata del “mayor programa humanitario que ha financiado hasta la fecha la UE y también uno de los mayores programas de asistencia en efectivo que ha implementado la ONU”.

Por otra parte, añade el responsable del PMA, al tratarse de un programa de distribución de efectivo “permite a los refugiados vivir entre la población de acogida y les empodera”.

En opinión de Gerde, “Turquía ha fijado un ejemplo al permitir que los refugiados vivan con las comunidades de acogida en los mismos barrios en lugar de instalarles en campamentos”. En la actualidad, el país acoge a unos 4 millones de refugiados, de los que 3,6 millones son sirios. Con ello, agrega, “se da normalidad a la vida de los refugiados”.

Y en tercer lugar, prosigue, por “una eficiencia de costes hasta ahora nunca vista, ya que el 90 por ciento de los fondos van a los beneficiarios”, la UE ha invertido hasta el momento más de 1.300 millones de euros en este programa, al tiempo que no es necesaria una “infraestructura paralela” para su implementación sino que se ejecuta a través de las oficinas estatales turcas. “Evidentemente esto ha generado ahorro tanto en tiempo como en dinero”, añade.

Desde su lanzamiento, el programa ESSN ha sido implementado por el PMA en colaboración con la Media Luna Roja Turca y con el apoyo del Gobierno de Turquía, pero a partir de abril la agencia de la ONU traspasará su responsabilidad a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).

POSIBILIDAD DE MÁS BENEFICIARIOS FUTUROS

Según Gerde, el sistema actual permitiría que más personas vulnerables recibieran esta asistencia en función de “la situación humanitaria y las necesidades”. “El sistema podría ampliarse para acomodar a nuevos refugiados que cumplieran con los criterios”, siempre y cuando, aclara, el Gobierno turco y otros socios estén de acuerdo, “y haya fondos disponibles”.

En un mundo en el que cada año aumentan el número de migrantes y refugiados, “esperamos que la experiencia de Turquía sirva como ejemplo de buena práctica en otros contextos”, confiesa el responsable del PMA. “La asistencia en efectivo se usa cada vez más para gestionar emergencias porque permite una forma extremadamente flexible de ayuda”, explica, incidiendo que “permite a las personas que la reciben decidir ellos mismos cuáles son sus prioridades”.

No obstante, para que este programa pueda extrapolarse a otras emergencias, hace falta “un sistema bancario robusto, instituciones estatales bien organizadas y una economía operativa con tiendas en las que se vendan todas las cosas que puedan necesitar los refugiados”. “En países donde ya se dan estas cosas un sistema de este tipo podría replicarse”, augura.

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