Continente menguante

Canarias 7, 04-06-2006


Madrid
Lo que ha ocurrido en África en los últimos 20 años explica muchas de las causas de la situación actual y los motivos de la inmigración hacia Canarias. Nuestro Producto Interior Bruto (PIB) supera al de los países de la llamada ‘costa de los cayucos’ en su conjunto, y de ser un Estado independiente, Canarias sería la quinta potencia del continente africano. Todo un polo de atracción a menos de cien kilómetros.


En 1980 Canarias tenía una dimensión económica semejante a la del Senegal. Pero hoy hace falta sumar a los 12 países de Africa Occidental para alcanzar el tamaño de Canarias. En 1980 la economía de estos 12 países multiplicaban por ocho a Canarias. Frente a ellos, el archipiélago era como si un enano de 25 centímetros de altura se pusiera al lado de un gigantón de dos metros.

Pero en 2005 el gigantón se ha convertido en la Costa de los Cayucos y apenas mantiene la altura de hace 26 años, mientras Canarias se convertido en un coloso.

Africa Occidental ha atravesado una profunda crisis en las últimas décadas, permaneciendo hasta 2003 por debajo de los niveles alcanzados en 1980.

Si el Archipiélago fuese un país, sería la quinta potencia económica de Africa, dónde solo le superan gigantes como Sudáfrica, Argelia y Nigeria, además de Marruecos. Este último por los pelos, lo que significa que apenas dos millones de canarios producen tanto cada año como treinta millones de marroquíes. Pero en 1980 Canarias era la 17ª economía de Africa. Mientras el archipiélago ha crecido de forma notable, Africa Occidental ha atravesado una profunda crisis en las últimas décadas, permaneciendo hasta 2003 por debajo de los niveles alcanzados en 1980.

Aún hay países que no se han recuperado como Ghana, dónde cada habitante solo produce el 33% de lo que generaba en 1980. En Togo, Guinea o Gambia, ocurre algo semejante en un proceso de destrucción de riqueza sin parangón histórico. Los motivos de este declive sorprendente son variados. En el caso de Ghana se trató de un suicidio impulsado por su propio gobierno. Al alcanzar su independencia del Reino Unido en 1957, Ghana era una economía floreciente, que superaba a países como Corea del Sur. Pero un círculo vicioso de políticas económicas suicidas y golpes de estado, fue mermando la riqueza del país. El Gobierno ignoró su excelente base agrícola y apostó por una política de prestigio con la industrialización. Pero pronto fue evidente que no lograría industrializarse mientras destruía su riqueza agrícola. Todo ello redujo el país a la ruina absoluta a mediados de los años 80, desde el que ha sido incapaz de recuperarse totalmente. Quizá el problema de la región no solo sea la definición de políticas, sino, también como se aplican.

El caso de Costa de Marfil resulta un ejemplo terrible, de buenas políticas mal aplicadas. Esta excolonia francesa, obtuvo la independencia de París en 1960 apostando por las exportaciones agrícolas, principalmente café y cacao. Esto le permitió un crecimiento modesto pero constante que la convirtió en un ejemplo para la región hasta el punto de que se instaló allí la sede del Banco Africano de Desarrollo. Los precios de las materias primas cayeron en los años 90 provocando una crisis que no se supo gestionar. Como suele ser habitual en Africa, apareció un salvapatrias dispuesto a hacerlo mejor y en 1999 el país sufrió su primer golpe de estado. La inseguridad arrasó el país poniéndolo en una guerra civil no declarada. El Banco Africano de Desarrollo evacuó a casi todo su personal hacia Túnez, dejando su imponente edificio de Abidjan vacío, y con él desapareció el otrora activo centro financiero de la ciudad. Cada marfileño produce hoy un 30% menos que en 1980.

Golpes. Durante los últimos 26 años Africa Occidental ha ido desmoronándose por una combinación de malas políticas y mala gestión. A su vez esta situación provocó el descontento, que la falta de tradición democrática ha impedido articular de forma constructiva. Así, cualquier chispa de disenso puede terminar como una enmienda a la totalidad, como un movimiento antisistema que termina provocando conflictos de diferente intensidad. El principal mecanismo político en la región son los golpes de estado, que siempre han traído regímenes nuevos cuyas buenas intenciones se tradujeron en políticas aún más perniciosas, menor crecimiento y nuevos golpes de Estados. Un círculo vicioso cuya consecuencia económica ha sido diluir la riqueza de la región. Hoy las Naciones Unidas mantienen contingentes de paz en quince países del mundo. Cuatro de los más importantes están en la costa de los cayucos, dónde ya se habla de la guerra de Africa Occidental que está afectando desde Guinea hasta Costa de Marfil pasando por Sierra Leona y cuyo epicentro está en Liberia.

Conflictos, mala gestión y malas políticas no son los únicos argumentos que explican cómo las economías de la Costa de los cayucos han menguado de forma vertiginosa en estos años. El último ingrediente ha sido el notable crecimiento demográfico. En estos 26 años la población de estos 12 países se ha duplicado, pasando de 53 millones de habitantes a 106. El doble de personas, viven en una economía semejante. Por ello, su renta per capita se ha reducido de forma sensible con un impacto devastador en la población. Sus ciudadanos tiene la experiencia de las cosas "siempre van a peor». El que invirtió su dinero hace veinte años es hoy más pobre. El que se esforzó esperando un futuro mejor ha sido traicionado. El único grupo que ha mejorado nítidamente es el de los que emigraron.

Todo ello conduce a los jóvenes africanos hacia el mar, salvo en alguna excepción como Cabo Verde. Este archipiélago, es sin duda el alumno modelo de la clase y se encuentra en una situación económica semejante a la de Canarias en los años 40, cuyo modelo de desarrollo intenta imitar. Es el único país de Africa cuya historia no ha sido marcada por Golpes de Estado, también es el único dónde ha habido una alternancia real entre varios partidos e incluso se puede comprar un periódico dónde se critique abiertamente al Gobierno. Desgraciadamente, su escasa dimensión no puede compensar las atroces caídas de otros países.

Sin duda, el ejemplo de Canarias induce esperanza, pues estos países tienen muchos más argumentos que el archipiélago para desarrollarse, al fin y al cabo con recursos muy limitados, comenzando por su propia dimensión territorial.

Pero a la vez, la situación económica de Africa es tan terrible que resulta difícil mirar a largo plazo. La prioridad es sobrevivir, lo que sugiere que las iniciativas a corto plazo podrían ser prioritarias.

En este contexto, además resulta difícil salir de la extrema precariedad sin políticas a largo plazo. Pero la experiencia de los africanos es que todo va a peor.
Golpismo como arma


La vida política de visigodos giraba en torno al asesinato de Estado como principal mecanismo de alternancia. En Africa Occidental se accede al poder por medio de golpes de Estado. En la actualidad, siete de los doce países de la región tienen un presidente que llegó al poder tras un pronunciamiento, mientras cuatro viven una guerra civil fruto de golpes mal resueltos.


Incruento en el caso del líder mauritano Ely Ould Mohamed Vall, que accedió al poder en 2005. El más longevo ha sido Lansana Conté, que dio un golpe de estado en Guinea 1984, seguido de cerca por Blaise Compaoré, quien hizo lo propio en Burkina Faso en 1987.


Suele ser habitual que los golpistas africanos intenten adecentar la imagen de sus régimenes sometiéndose a elecciones de escasa credibilidad. Es el caso de Yahya Jammeh, que dio un golpe en Gambioa en 1994, venciendo en las elecciones de 2002. Incluso en algún caso como el de Togo el Golpismo forma una estirpe hereditaria. En 1967 dio un golpe Gnassingbe Eyadema. A su muerte, en 2005 el poder pasó a su hijo Faure Gnassingbe, que como otros no ha podido resistirse a hacerse elegir por medio de unas elecciones. Más complicado es el caso de Guinea Bissau, dónde Joao Bernardo Vieira dio un golpe de Estado en 1980, pero perdió el poder tras una guerra civil en 1999, para regresar el poder en 2005 tras una accidentadas elecciones.


Malí, Senegal y, sobre todo, Cabo Verde son las excepciones democráticas en la región.
La economía de la paz ocupa a la ONU
(Foto: canarias7)AMPLIAR

En Costa de Marfil Naciones Unidas desplegó 7.600 efectivos en 2003, mientras que en Liberia mantiene 15.000 efectivos. Finalmente, Naciones Unidas tiene un contingente en el Sáhara con sólo 225 efectivos. No obstante es la fuerza de paz más veterana de Africa. Desde que fuera desplegada en 1991 no se ha logrado el menor avance en la situación del territorio.
Íñigo Moré y mercados emergentes
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El autor de este trabajo es Iñigo Moré, un analista español especializado en economías emergentes. Con una amplia experiencia en Iberoamérica y África, ha asesorado a múltiples empresas, organizando para el grupo británico The Economist, sus Roundtables with the Government of Morocco. Sus artículos sobre estas zonas han aparecido en medios como Le Monde, El País, Expansión o Financial Times, en cuya portada fue publicado uno de sus artículos, el 2 de septiembre de 2004. Es el único analista ajeno al Financial Times y no anglosajón que ha recibido tal distinción. También es el único analista español al que el Wall Street Journal ha dedicado un artículo completo comentando su trabajo. En octubre de 2004 el ministro de Industria y Comercio, José Montilla le entregó el Premio a la Internacionalización otorgado por el Club de Exportadores. En el mismo acto, se galardonó con el mismo Premio a Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL y al embajador Eugenio Bregolat. Sus trabajos sobre África aparecen en las publicaciones de Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales.

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