La consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, sostiene que una de las claves del Plan Provincial para la Inmigración en Huelva, que se desarrollará hasta el año 2009, será la atención a los inmigrantes temporeros, ya que en la campaña fresera de la provincia trabajan cada año unos 60.000 extranjeros contratados en origen o que cuentan con permiso laboral. Naranjo explica que Huelva es uno de los territorios con menos población foránea residente de la comunidad autónoma.

En concreto, con 17.205 residentes, ocupa el sexto lugar de Andalucía por detrás de Málaga, Almería, Granada, Sevilla y Cádiz, superando en número sólo a Jaén y Córdoba, según los datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Con motivo de la recolección fresera el colectivo de extranjeros se multiplica con la población flotante que se desplaza para trabajar, marcando el fenómeno migratorio en la provincia. En este sentido, Evangelina Naranjo ha destacado que Huelva ha sido pionera en la contratación en origen, fórmula que en la actualidad aporta la mitad de la mano de obra inmigrante de la campaña agrícola.

Así, desde el año 2002 el número de contratos en origen se ha multiplicado casi por seis, pasando de 6.000 a unos 32.786 en la presente temporada fresera, lo que refleja la consolidación de este sistema. La consejera de Gobernación valora el grado de cumplimiento por parte de los empresarios de la obligación de facilitar viviendas a estas personas, fundamentalmente a través de alquileres, y ha reiterado que la Junta de Andalucía los continuará apoyando para facilitar el alojamiento de este colectivo en la zona.

Subvenciones

La Junta, hasta la fecha, ha subvencionado la construcción de 149 alojamientos dotados con un total de 654 camas en empresas situadas en Bollullos, Cartaya, Gibraleón, Isla Cristina, Villablanca, Lepe, Aljaraque y Almonte. El gobierno autonómico ha puesto a disposición de los ayuntamientos andaluces la posibilidad de crear agencias de fomento del alquiler, instrumento con el que también se podrán facilitar viviendas a los trabajadores inmigrantes. Respecto al perfil del temporero, es el de una mujer de entre 19 y 35 años procedente de países de Europa del Este, fundamentalmente de Rumanía, Polonia y, en menor medida, Bulgaria. El contingente de temporeros también se nutre de personas oriundas de Marruecos, Ecuador y Colombia, en su mayoría hombres.

Por otra parte, la titular de Gobernación destaca el alto grado de integración de los inmigrantes que residen de forma estable en la provincia y ha asegurado que se continuará trabajando para lograr que su incorporación a la sociedad de acogida sea plena. En cuanto al perfil de la población extranjera asentada en Huelva, su promedio de edad es de 33 años, cuatro menos que la media andaluza y su índice de feminización – 40,8% de mujeres – es también cuatro puntos menor que en el conjunto de la comunidad autónoma andaluza.

José Manuel Jurado, primer teniente de alcalde de Lepe, no tiene dudas: «Si no fuera por los emigrantes, en Lepe las fresas se caerían, porque nadie de aquí quiere trabajar ya en el campo». Esta localidad es una de las que mejor renta per cápita presenta en Andalucía, y sus niveles de paro son mínimos. Las estadísticas dan la razón a Jurado. En 1999, antes de que se produjera el fenómeno de la llegada masiva de polacas y rumanas, en Huelva se perdió el 20 por ciento de la cosecha por falta de mano de obra.

Perfil

El dirigente lepero destaca el perfil de muchos de esos emigrantes: «Son gente trabajadora a la que le gusta ahorrar y sueñan con comprarse una casa». Esto contrasta con la postura de sus vecinos. «El otro día convocamos a todos los que reunieran los requisitos para un sorteo de viviendas de protección oficial y se presentaron más de 500 solicitudes, pero cuando la gente se enteró que no eran casas regaladas, sino que había que pagar, se borró casi una tercera parte».

Mustapha El Kaddouri es uno de los siete trabajadores de la concejalía de Asuntos Sociales de Lepe. Sus servicios a los emigrantes funcionan todo el año – en algunos pueblos sólo en época de recolección y en otros no se prestan – y van desde una oficina de información hasta módulos de alojamientos, albergues, duchas, lavandería y mediador intercultural, entre otros.