José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del SUP, defendió que la conducta de los agentes que viajaban en los vuelos de repatriación a Senegal fue totalmente correcta y se respetaron los derechos humanos, aunque reconoció que los inmigrantes viajaron esposados y engañados ya que no conocían el destino final del vuelo. Sánchez Fornet justificó este punto señalando que si se procedió de esta manera fue para evitar “una situación de violencia que pondría en riesgo el vuelo y la integridad física de todos sus ocupantes” ya que los repatriados estaban dispuestos “incluso a tirarse del avión”.


Desde el SUP subrayan que actualmente “no existe un protocolo de actuación policial que explique cómo devolver a un ciudadano que se opone. En relación con el último vuelo de repatriación, Sánchez Fornet señaló que según la información que le han trasladado sus compañeros, el trayecto en sí fue “tranquilo” y no se produjo ningún tipo de incidencia en el vuelo.


Un testimonio que también confirmó el portavoz de la Confederación Española de Policía (CEP), Rodrigo Gavilán, que señaló que este vuelo en concreto había sido “de los más tranquilos de los cien últimos realizados” y que en él se aplicaron las medidas de seguridad que son habituales en el caso de los traslado aéreos, que consisten fundamentalmente en llevar a los inmigrantes esposados con cintas de tela a los asientos de la nave.


Pero en cambio la situación “se complicó en el momento del desembarco”. En todo caso, Gavilán quiso dejar claro que los enfrentamientos tuvieron lugar con las fuerzas antidisturbios de las fuerzas senegalesas que se “extralimitaron en su actuación”, y en ningún caso con la policía española.