La consellera de Benestar i Família, Carme Figueras, dijo ayer que los más de 200 inmigrantes subsaharianos que han llegado en las últimas semanas a las comarcas gerundenses “no se podrán quedar” porque la capacidad de acogida está al límite.
Figueras declaró a Catalunya Ràdio que pondrá a disposición de los inmigrantes recursos humanitarios, pero recordó que los temporeros que vengan a trabajar en la recogida de la fruta dulce solo podrán ser contratados en origen.
Senegal, por su parte, exige a España para reanudar los vuelos de expatriación la presencia en los aviones de policías senegaleses y funcionarios internacionales que certifiquen el respeto de los derechos de los deportados, según fuentes próximas al Gobierno senegalés.
Dakar pide también un programa específico de ayuda económica para que los repatriados, que en muchos casos vendieron sus bienes para pagar el viaje a Canarias, puedan rehacer su vida. Con todo, el primer objetivo de Dakar al suspender los vuelos es ganar tiempo para que se diluya el impacto de las repatriaciones en la opinión pública senegalesa.
El Gobierno español confía en reanudar la repatriación de senegaleses indocumentados en un plazo máximo de una semana, según informa Europa Press. Ambas partes acordarán el viernes que los siguientes vuelos se hagan de manera más “discreta”.

REPATRIADOS ESPOSADOS
El sindicato policial SUP admitió ayer que los repatriados el miércoles volaron esposados y engañados, pero alegó que era el único modo de que el traslado no acabara “con policías e inmigrantes en el hospital”.