Repatriados senegaleses piden a su Gobierno visados para volver a España «o la muerte»

Diario de Navarra, 04-06-2006

Los inmigrantes repatriados el pasado miércoles desde las islas Canarias a Senegal rechazaron el proyecto Retorno a la Agricultura (Reva, en sus siglas en francés), propuesto por el ministro de Agricultura senegalés, Farba Senghor, como respuesta al fenómeno de la emigración clandestina y han pedido visados de vuelta a España o «la muerte».

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Según la prensa local, los repatriados rechazaron en bloque la propuesta que el viernes les presentó el ministro Senghor en un encuentro en el Ayuntamiento de Dakar, en el que manifestaron su descontento con la política de su Gobierno.

Los jóvenes repatriados amenazaron con dirigirse al Palacio de la República para reunirse con el jefe del Estado, Abdoulaye Wade. Según el diario Sud Quotodian, los emigrantes, muy alterados, pidieron que fueran devueltos de manera inmediata a España o la muerte.Asimismo,rechazaron por unanimidad elegir delegados, como propuso el ministro, para hacerse cargo de sus quejas, argumentando que esto sería un medio de corromperlos y dividirlos.

«Nuestros padres han perdido todo para permitirnos viajar. La agricultura del país no marcha y el Gobierno se permite proponernos un retorno a la agricultura», declaró uno de los portavoces de los repatriados, Abou Kane. «Devolvednos a España o matadnos», gritó, mientras Senghor abandonaba el edificio.

El secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Manuel Sánchez – Fornet, confirmó ayer que los primeros 99 inmigrantes repatriados desde Canarias a Senegal viajaron esposados y sin saber dónde iban, aunque dijo que se hizo así para evitar acabar «con policías y con inmigrantes heridos».

Sánchez – Fornet defendió esta actuación y aseguró que los inmigrantes «no plantearon el más mínimo problema» y añadió que durante todo el vuelo tampoco hubo «ni un solo incidente».El único problema fue que «no se les dijo que iban repatriados a su país», lo que, en su opinión, le parece «muy bien», ya que «el día que se les tenga que informar, alguien tendrá que establecer un protocolo para ver cómo se obliga a una persona a ir a un sitio donde no quiere ir».




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