Ultramar. Para no olvidar

Canarias 7, 03-06-2006

Hace exactamente 28 años, en los meses de abril y mayo del año 1978, España puso en marcha la que sería la mayor ofensiva diplomática realizada en la Transición. Se llamó Operación África y tenía a Canarias como principal protagonista. Se trataba de vender en 17 países africanos la españolidad de las Islas e impedir que el plenario de la Organización para la Unidad Africana (OUA), a instancias del dirigente independentista, Antonio Cubillo, considerase al Archipiélago territorio a descolonizar. Esa Operación África pretendía también, así lo dijo el entonces ministro de Asuntos Exteriores español, Marcelino Oreja, «incrementar hasta niveles aceptables la cooperación hispano – africana».


La primera parte de la operación se ejecutó con eficacia. Tras una oportuna compra de votos el asunto canario fue olvidado por la organización panafricana. El segundo objetivo, el referido al incremento de la política de cooperación española con el continente vecino, quedó en veremos.


Ahora, 28 años después, el Gobierno de España vuelve a activar una intensa campaña diplomática en países subsaharianos que tiene, nuevamente, a Canarias como epicentro. Esta vez la actuación se bautiza como Plan África y se persigue, como primer fin, con la visita a ocho Estados, cortar las rutas de inmigración irregular que tienen como destino estas Islas; y luego, «impulsar iniciativas de cooperación». ¿No les suena?


La totalidad de los países a los que ahora se desplazan nuestros diplomáticos en este Plan África ya fueron visitados en aquella Operación África. Las embajadas siguen sin abrirse y se continúa a la espera de la manida y repetida política de cooperación. Resumiendo, la acción exterior de los gobiernos de España en ese continente al que los canarios nos hemos empeñado en dar la espalda, pese a su cercanía, ha sido desastrosa y ahora nos toca volver a constatar, por esa miopía, cuan frágil es el marco político internacional en el que se encuentran las Islas. Para no olvidar. Por cierto, el plantón dado estos días por Senegal es de sonrojo para la diplomacia española.


Y no olvidar, que eso es lo que está ahí al lado; que 24 de los 25 países con más bajo índice de desarrollo humano son africanos; que gran parte de los 936 millones de africanos viven sumidos en la pobreza o al borde de la misma; que África es el único continente que en los últimos 25 años ha visto aumentar la pobreza y bajar el nivel de vida de su población; que en diez años el número de subsaharianos que viven en la pobreza absoluta pasarán de 315 a 404 millones; que casi la mitad de los habitantes de este área subsisten con menos de un dólar al día y padecen hambre; que 450 millones de africanos no tienen normalmente acceso al agua potable y que hay casi 30 millones de infectados de sida condenados a una muerte cierta porque no pueden pagar el alto precio de los medicamentos retrovirales.


Así las cosas, conviene que no olvidemos lo que está ahí al lado, que es de donde han partido en barquillas esos 9.500 inmigrantes que han arribado a nuestras costas en lo que va año. Luego, es tiempo ya de atender no sólo a la inmediatez, aceptar que los problemas complejos no tienen soluciones sencillas y actuar en consecuencia; es decir, con perspectiva. Justo lo que hasta ahora no se ha hecho.

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