Cae la banda que atemorizó a dos barrios de Madrid con secuestros exprés

La Razón, 03-06-2006

Madrid – El Cuerpo Nacional de Policía anunció ayer la desarticulación de
la banda organizada de secuestradores que había sembrado la inquietud en
los distritos de Hortaleza y Moratalaz, con la detención de cuatro hombres
de nacionalidad colombiana y una menor de edad ecuatoriana.
   Son los
presuntos autores de cuatro secuestros exprés que tuvieron lugar de manera
consecutiva, entre el 9 y el 20 de mayo, en una urbanización del distrito
de Moratalaz, y de otro más efectuado en el barrio de Hortaleza. El modo
de actuar de los agresores, especialmente cruento, había generado una
sensación de inseguridad general en las zonas afectadas por su actividad
ilícita.
   Las operaciones policiales comenzaron a dar sus frutos
el pasado 26 de mayo, con la detención en el barrio de San Blas de dos
varones colombianos, de 19 y 17 años, acusados de un robo en un locutorio.
En poder de éstos se encontraron resguardos de cajeros bancarios con los
números de cuenta de algunos de los asaltados, objetos que habían sido
sustraídos de sus casas, pasamontañas y otros elementos que dejaban poco
lugar a dudas sobre la implicación de los individuos en los hechos.
Devanando la madeja, los agentes lograron localizar al resto de la banda,
tres personas más que resultaron ser vecinos de sus propias víctimas, pues
residían en la calle de Luis de Hoyos Sáinz, justo al lado de la
urbanización donde tan salvajemente actuaron. Los últimos arrestados han
sido identificados como los colombianos José Fernando E.I., de 18 años,
Carlos Waldemoro F.C., de 21, y Juan Guillermo V.G., de 19. Con ellos se
ha detenido a una menor de origen ecuatoriano que ha sido ingresada en un
centro de protección de menores. En el registro de la vivienda ocupada por
los jóvenes arrestados, los agentes han intervenido una pistola, munición,
dos cuchillos, cinco teléfonos móviles (dos de ellos pertenecientes a las
víctimas), juegos de llaves de varios vehículos, joyas y material
electrónico, así como un par de guantes, un gorro y un pasamontañas. Los
delincuentes están acusados de cinco delitos de detención ilegal y otros
tantos de robo y la Dirección General de la Policía considera que, tras
esta intervención, están esclarecidos todos los secuestros del último mes.
   Violencia. El mecanismo de estos secuestros exprés se parece al de un robo
clásico con intimidación, pero con un nivel de violencia llamativamente
superior al habitual en estos casos. Los asaltantes abordaban a sus
víctimas de mañana, cuando éstos se disponían a subir a sus vehículos y
dirigirse al trabajo, y, amenazándoles con pistolas y armas blancas, los
reducían y maniataban, metiéndolos en el maletero de sus propios coches.
Posteriormente, en lugar de pedir un rescate a cambio de la liberación de
las víctimas, obligaban a éstas a darles el número clave de sus tarjetas
de crédito y recorrían unos cuantos cajeros sacando diversas cantidades en
efectivo. En uno de los casos registrados, los asaltantes llegaron a
entrar en el domicilio del agredido con sus llaves, sustrayendo de él
diversos objetos.
   Tras este terrorífico periplo, abandonaban a la
víctima, aún inmovilizada, a veces en su propio aparcamiento. Los vecinos
se habían llegado a plantear, incluso, la contratación de vigilantes
privados para controlar sus garajes.
   Eficacia. En este caso, las
fuerzas de seguridad han respaldado fielmente las palabras de la delegada
del gobierno en Madrid, Soledad Mestre. Recientemente, en una reunión con
representantes de PP y PSOE para analizar la inseguridad creada por la ola
de crímenes, Mestre había llamado a la tranquilidad, asegurando que la
Policía estaba actuando y que «probablemente» habría resultados en un
«breve plazo de tiempo», como efectivamente así ha sido. Efectivos de la
comisaría de San Blas y de la Brigada Provincial de Policía Judicial de
Madrid se han encargado de las investigaciones, desplegando, entre otras
medidas, un dispositivo especial que incluía el refuerzo de los efectivos
en las zonas afectadas.
   

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