Dice el Gobierno, y acierta, que las críticas de Senegal por la forma en que se ha hecho el primer envío de 99 inmigrantes de vuelta se deben a problemas internos. La emigración siempre nace de problemas internos y provoca problemas internos a donde llega. La paradoja es que la solución se busca sólo en el plano externo. Por eso falla. Como ese acuerdo en el seno de la UE para desplegar una fuerza militar multinacional para frenar la llegada de inmigrantes a Canarias. Pronto se han puesto de acuerdo para eso y no, como cabía esperar de una cumbre de ese tenor, para utilizar sus boyantes economías como una locomotora que saque a los países africanos de la miseria. Senegal tiene problemas internos para aceptar la vuelta de sus emigrantes principalmente porque las divisas de sus ciudadanos repartidos por Europa son su principal fuente de ingresos. En su día, Marruecos aceptó por la ingente cantidad de dinero europeo que compensa el cierre de su frontera. Después aceptó Mauritania, porque es tierra de paso y no de partida. Pero al sur del río Senegal, África precisa agua para crear cultivos que impidan la fuga de mano de obra (la más joven, formada y emprendedora) o ríos de divisas para paliar la penuria. Pero Europa pronto se pone de acuerdo para mandarles patrulleras. Y palabras, muchas buenas palabras.
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