Un carnicero marroquí de 31 años, vecino de Guadalajara, ha sido detenido por agentes de la Comisaría General de Información de la Policía como líder-dinamizador de una célula yihadista con ramificaciones en Nador, donde la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST) ha arrestado a otros tres miembros del grupo, en concreto en las localidades de Farjana y Beni Nsar. Uno de ellos es hermano de un combatiente en la zona sirio-iraquí. Están acusados de enaltecimiento del terrorismo y de reclutar combatientes para Estado Islámico.

El individuo capturado en España mantenía contactos directos con «foreing fighters» que operan en zonas de yihad, como Siria y Malí, y se reunía cada cierto tiempo con los miembros de su célula en en pisos de Melilla y en ciudades marrquíes próximas a la frontera. A esas citas asistían también otros individuos, a los que radicalizaban tanto de forma personal como mostrándoles propaganda de Daesh. El objetivo era reclutarlos, bien para que se unieran a la organización terrorista o para atentar en sus países de residencia, como piden los líderes de Daesh tras la pérdida del Califato.

Los cuatro arrestados, de edades entre 24 y 39 años, «se habían sumado a las campañas de propaganda de los actos sanguinarios del Daesh en represalia por la muerte del jefe de esta organización terrorista», Abu Bakr al Baghdadi, según un comunicado del Buró Central de Investigación Judicial marroquí. Se han practicado registros en los pisos de los detenidos.

La detención en Guadalajara se produjo a primeras horas de la mañana de ayer y en el registro del piso se encontró en su ordenador, entre otro abundante material yihadista, manuales de fabricación de explosivos. Este individuo nació en Nador pero desde los 14 años vive en España, aunque hacía frecuentes viajes a Marruecos. Cuenta con permiso de residencia, está casado y tiene dos hijos de corta edad.

El líder de la célula ya había sido investigado en 2016 por la Policía por tener relación con el hermano de un terrorista que operaba en zona de conflicto. Poco después viajó a Marruecos, y de hecho estaba allí cuando en 2017 comenzaron las investigaciones que han desembocado en esta operación. Fue en mayo del año siguiente cuando se asentó en el piso de Guadalajara y comenzó a trabajar como empleado de una carnicería árabe.

Los investigadores han conseguido llegar hasta los perfiles de Telegram con los que se comunicaba con sus compañeros y terroristas desplazados a zonas de yihad. Fuentes policiales destacan que la clave de la operación, más allá de resultados concretos, es la perfecta colaboración con la DGST marroquí.