Vox, del desierto al poder en solo un año

Se cumple un año de la llegada al poder del partido de ultraderecha, cuando consiguieron doce diputados en el Parlamento de Andalucí

Diario Vasco, MIGUEL ÁNGEL ALFONSO Madrid CECILIA CUERDO Sevilla, 02-12-2019

En 2015, un desconocido Santiago Abascal recorría las calles en solitario, acompañado de un megáfono con el que trataba de dar a conocer las propuestas del partido que llevaba apenas diez meses liderando. Lo suyo era predicar en el desierto. Subido a un banco, solo se le acercaban unos cuantos curiosos que le miraban «entre risas», como él mismo reconoce. Eso se vio reflejado en las generales de aquél año, donde Vox solo obtuvo el apoyo de 57.753 votos (0,23 %). Un hecho que cambiaría radicalmente el 2 de diciembre de 2018 –hace este lunes justo un año–. Aquél día, el partido de ultraderecha daba la vuelta a las encuestas de las elecciones de Andalucía que les otorgaban dos diputados en el mejor de los casos e irrumpía en el parlamento autonómico con 12 escaños. Unos resultados que sorprendieron a politólogos, a sus rivales políticos e incluso a sus propios votantes. En estos últimos 365 días han protagonizado un auge imparable y ahora cuentan con 52 diputados, 57 parlamentarios autonómicos, 3 senadores, 5 alcaldes y 597 concejales.

Santiago Abascal, predicando con un megáfono en 2015 y 2019.
Santiago Abascal, predicando con un megáfono en 2015 y 2019. / R.C.
Durante esta travesía ascendente, y aunque la foto parlamentaria ha cambiado radicalmente, Vox no se ha movido de la baldosa que marcan sus líneas políticas básicas, en sintonía con otros populismos europeos de ultraderecha: lucha contra la inmigración, supresión de las autonomías, reducción de impuestos o la derogación de lo que llaman «las leyes progres», concretamente las relativas a la Memoria Histórica o contra la Violencia de Género.
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Para explicar este fenómeno los politólogos coinciden en distinguir entre el marco internacional y el español. Por un lado, «el auge de los partidos populistas a nivel europeo, que es un fenómeno que no es especifico de España y tiene que ver con la desafección de la ciudadanía con las instituciones», señala el politólogo Pepe Fernández-Albertos.

En el plano nacional, los de Andalucía den 2018 fueron los primeros comicios con el PSOE en el Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy, y también las primeras elecciones tras el referéndum ilegal en Cataluña del 1 de octubre de 2017, después las autonómicas catalanas de diciembre de aquél año, que ganó Ciudadanos con Inés Arrimadas a la cabeza.«En el fondo no han cambiado las velas, sino que el viento ha soplado a su favor. sus posiciones sobre la unidad de España les vinieron bien», explica Narciso Michavila, el único sociólogo que atinó en sus encuestas con la magnitud asalto de Vox al Parlamento andaluz justo hace un año.

Parlamentarios de Vox
Diputados en el Congreso.
52
Diputados autonómicos.
57
Alcaldes.
5
Concejales.
529
Senadores.
3
Europarlamentarios.
3
En clave nacional, hubo otro punto de inflexión entre las elecciones del 28 de Abril y del 10 de noviembres, cuando Vox pasó de tener 24 diputados a ser tercera fuerza en el Congreso con 57 asientos. «La llegada de Sánchez al Gobierno potenció a Vox como estrategia para evitar que el PP le superase. También la exhumación de Franco, la acogida del Open Arms o del Aquarius. A Vox le ha venido muy bien el debate territorial, la prueba que es que en las municipales de mayo se desinfló porque la gente vota distinto en los municipios, pero cuando se produce la sentencia del ‘procés’, se dispara», añade Michavila.

La hegemonía de la derecha
La situación en Cataluña influyó en cuatro de cada diez electores, según la encuesta del CIS realizada en plena campaña electoral. Además, la situación fragmentada en varios parlamentos autonómicos, como el andaluz, el madrileño o el murciano, convirtió a Vox en socio indispensable del PP y de Ciudadanos para alcanzar el gobierno en estas regiones. El suyo se convirtió en un ‘voto útil’ para tres millones de electores que con otro panorama habrían votado a otras opciones políticas. «A Ciudadanos y al PP les venía bien el apoyo de Vox para constituir gobiernos en autonomías, pero con ello mandaron el mensaje a los votantes de derecha de que se podían permitir el lujo de votar a Vox sin que su papeleta fuera a la basura», confirma Fernandez-Albertos.

Durante las negociaciones de investidura del pasado verano, sus diputados mantuvieron un perfil bajo, alejado de las estrategias de pactos entre bloques. Postura que ha decidió mantener Abascal tras el 10-N. «La gobernabilidad no es responsabilidad de Vox, los españoles nos han votado para hacer oposición», reconoce el líder de Vox, convencido de «seguir creciendo» si se repiten elecciones por tercera vez.

Javier Ortega Smith y el juez Francisco Serrano./
Javier Ortega Smith y el juez Francisco Serrano.
Los doce diputados de Serrano imponen la agenda ideológica en Andalucía
El 2 de diciembre de 2018 Vox dio la sorpresa en las elecciones autonómicas de Andalucía y logró entrar por vez primera en las instituciones públicas e iniciar su particular reconquista del país para las políticas de extrema derecha. En este tiempo, sus 12 diputados han sabido jugar sus cartas para sostener desde fuera un gobierno de PP y Cs logrando que sean aceptadas, y normalizadas, buena parte de sus mensajes políticos. «Vox está siendo útil» y «da estabilidad» a la legislatura, es el mensaje que lanza el Gobierno.

Durante los once meses transcurridos desde el vuelco político en Andalucía tras 37 años de hegemonía socialista, Vox ha dejado ver su gran habilidad para marcar la agenda política con su ideología ultraconservadora, como se demostró a las pocas semanas de comenzar la legislatura al poner sobre el tapete un debate, el de la violencia de género, que parecía cerrado tras años de consenso entre las formaciones mayoritarias. Ha sido su gran caballo de batalla: ha pedido datos de los trabajadores que evalúan a las víctimas, en un intento infructuoso por demostrar que las asociaciones feministas sacan tajada económica de estas ayudas, y ha logrado frenar la habitual declaración institucional del Parlamento en contra de la violencia de género al votar en contra.

Tensar la cuerda

Pese a ser el grupo más pequeño en la Cámara, su docena de diputados han logrado tensar la cuerda para que el Ejecutivo aceptara sus condiciones a cambio de sacar adelante los Presupuestos y vender estabilidad y normalidad en la comunidad. Lo suyo no ha sido arrancar grandes compromisos económicos, sino la guerra cultural. Han puesto en marcha un teléfono de atención a las víctimas de violencia intrafamiliar, la denominación con la que buscan minimizar la violencia machista; y también han conseguido aumentar la dotación para mejorar la seguridad en los centros de acogida de menores inmigrantes, pese a que el Ejecutivo regional cree que no suponen un problema de delincuencia.

Asimismo, han logrado que las escuelas andaluzas estudien el valor de la caza, o que se estudie la puesta en marcha del PIN parental, además de favorecer un programa para asistir a las embarazadas «en dificultades» y evitar el número de abortos o fomentar la enseñanza del castellano en aquellas comunidades con hay inmersión lingüística.

Sus iniciativas en el Parlamento no se han alejado de estos temas: rechazo a exhumar al general franquista Queipo de Llano; calificativos de «buscadores de huesos» a las asociaciones memorialistas; oposición a una comisión permanente para la protección de la infancia por alentar el efecto llamada o promover modelos de familias alternativos, y propuestas para que Salvamento Marítimo deje de ser ‘taxis’ para los inmigrantes.

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