La violencia rebrota en los suburbios de París y dispara la alarma en el Gobierno francés

Entre los detenidos figura el superviviente del drama detonante de la crisis de otoño de 2005

Las Provincias, 01-06-2006

¿Mera casualidad o anuncio de un nuevo incendio social en los arrabales? Las autoridades francesas no ocultan su preocupación por el rebrote de violencia urbana registrado dos noches consecutivas en el epicentro de la rebelión del pasado otoño en los guetos étnicos. Entre los trece detenidos en la noche del martes al miérles en Montfermeil y Clichy sous Bois (extrarradio de París), figura el superviviente de la electrocución mortal para dos amigos en una central eléctrica que prendió entonces en el polvorín de la discriminación racial. Aquella oleada de disturbios se saldó con mas de 4.500 detenidos, 10.200 vehículos incendiados y 200 edificios públicos destruidos.

Según la versión oficial, Muhittin Altun, de 18 años, formaba parte de un grupo de quince personas que lanzó piedras a la policía en protesta por la detención de un adolescente de su barrio, acusado de haber agredido a un conductor de autobús. Pero su abogado asegura que el joven, ya restablecido de las graves quemaduras sufridas en otoño, se encontraba debajo de su casa y lejos de los escenarios de las algaradas. “Veo una milagrosa coincidencia”, declaró el letrado a la emisora Europe 1 en alusión a que su patrocinado tenía que participar hoy en la reconstrucción judicial de aquel drama para comprobar si las víctimas eran perseguidas por la policía, como él sostiene.

En los incidentes nocturnos, fueron incendiados una docena de vehículos, entre ellos el coche de tres policías que resultaron heridos. Una treintena de alborotadores lapidó una comisaría y se enfrentó con las fuerzas antidisturbios hasta entrada la madrugada. Nicolas Sarkozy, ministro del Interior, visitó los lugares de los disturbios que tildó de “inadmisibles” y estimó que había existido premeditación por parte de sus autores.

La primera noche de algaradas, el pasado lunes, fue más virulenta. Unos cien individuos encapuchados y armados con bates de béisbol incendiaron papeleras, levantaron barricadas y hostigaron con lanzamiento de objetos a los policías. También atacaron la Casa Consistorial de Montfermeil e intentaron irrumpir en el domicilio del alcalde, el conservador Xavier Lemoine. Este primer episodio de violencia se saldó con nueve agentes heridos, cinco coches quemados y tres arrestos.

Ante la violencia que creaban las bandas de jóvenes en Montfermeil, Xavier Lemoine publicó un decreto por el que se impedía la circulación nocturna por la calle de más de tres menores, de entre 15 y 18 años. Una medida que después fue prohibida por los tribunales.

Penosa impresión

François Hollande, primer secretario del Partido Socialista, ha responsabilizado a Sarkozy de los incidentes porque “unos meses después de la crisis de las barriadas se tiene la penosa impresión de que nada ha sido arreglado”. “El ministro del Interior anima a las fuerzas policiales y estigmatiza a un cierto número de jóvenes. No hace nada por calmar”, acusó el líder de la oposición.

Precisamente, sus acusaciones e informes detallados de los sucesos del pasado otoño y los actuales, serán elevados a las próximas sesiones del Gobierno francés para exigir responabilidades, transmitiendo el sentir de la calle y el hecho de que tales situaciones, lejos de solucionarse, sigan aún totalmente activas.

Por su parte, Jean François Coppé, como ministro portavoz del Gobierno, aseguró que el Ejecutivo está “muy vigilante” ante la posibilidad de que los altercados puedan reproducirse. También afirmó que está “movilizado en favor de la política de igualdad de oportunidades”, gracias a una ley con la que la mayoría conservadora quiso responder a las carencias de los arrabales desfavorecidos.

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