Bizilagunak, lazos de amistad para siempre

Cerca de 30 personas de diferentes orígenes se reunieron en una comida para «derribar muros y comunicarse más»

Diario Vasco, A. E.EIBAR., 19-11-2019

«Llevamos tres años reuniéndonos en torno a una comida, mi familia de Eibar con una de Marruecos, y hemos conseguido unos lazos de amistad increíbles», decía Igor, un eibarrés que participó en el programa Bizilagunak de SOS Racismo que reunió, el fin de semana, a familias de procedencias diversas en torno a la mesa y en un gran ambiente de camaradería.

Ambas familias, la de Eibar con cuatro componentes, más una amiga, se juntaron con otra marroquí con cinco miembros en la sociedad Dardai, donde compartieron mesa y mantel. «Nos hace mucha ilusión juntarnos, pero también tenemos encuentros durante el año, al coincidir los chavales en la ikastola», explicó Huda, una mujer marroquí que daba cuenta de todos los preparativos que había organizado para que no faltara nada en la comida.
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Participación
La cita de este año reunió a treintena de personas de diferentes orígenes.
Objetivo
Generar redes vecinales inclusivas y diversas, para fomentar el conocimiento y el diálogo, como formas para facilitar el encuentro y derribar los obstáculos que dificultan la comunicación de personas de orígenes y culturas diferentes.
La familia de Eibar llevaba, entre otros productos, una ensalada especial y croquetas de bacalao, mientras que la marroquí aportaba el cuscús, empanadilla, así como postres varios que fueron degustados también por otros comensales que tenían comidas reservadas en la misma sociedad gastronómica.

Las familias se reunieron primero en Unzaga para hacerse una foto antes de dirigirse a las casas de las familias de acogida con el fin de compartir una comida solidaria.

El objetivo de la iniciativa, que lleva varios años organizándose en Eibar, es poner en contacto a personas de aquí y de allí, romper estereotipos y prejuicios, aprender a conocer nueva gente y compartir un espacio que puede reportar momentos muy agradables y positivos.

En el caso de Eibar, las comidas estaban impulsadas también por la asociación Eta kitto! Euskara Elkartea y la Unidad de Diversidad Cultural del Ayuntamiento de Eibar, con una participación de una treintena de vecinos de diferentes orígenes. Esta actividad tiene como objetivo que mediante el encuentro y con la excusa de la comida, «las personas de diferentes orígenes se conozcan y vayan estableciendo relaciones de amistad, las cuales supongan un freno a la proliferación de discursos racistas y prejuicios sociales hacia las personas inmigradas», señalaba Xabier Andrés Uriarte, del departamento de Inmigración. En tales comidas, intercambiando las especialidades gastronómicas de cada origen o nacionalidad, se ponen en común que «por encima de las diferencias, que todas son vecinas y parte de Eibar y de la sociedad vasca, que todas tienen familia, amistades, aficiones, y una esperanza futura de mejorar en sus vidas».

Bajo esta iniciativa, cabía destacar también que fueron dos los domicilios particulares que se abrieron a compartir estas comidas dominicales, uno en Eibar, y otro en Mendaro. El resto fueron dos comidas que se llevaron a cabo en dos sociedades gastronómicas, en el barrio de Amaña y en Legarre.

Las entidades organizadoras manifestaron que se sentían «satisfechos con la asistencia lograda», e invitaron a la ciudadanía «a tomar parte en próximas ediciones en esta la actividad».

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